Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGÍA. DE LA 1 EGIÓN ATACAMEÑA 279 usado otra prenda, porque jamás hemos encontrado vestigios de tal, ni en la literatura se hace mención de semejante pieza. Con la introducción de las influencias chInchas, las camisas atacameñas evolucionaron. Aun cuando la mayoría de los indios continuaban usando la forma sin man gas, llegó a ser común la forma peruana de la camisa de mangas cortas. En varias ocasiones hemos encontrado camisas que, en vez de tener cuello ' formado por una abertura dejada longitudinalmente en el tejido, como en los ponchos, lo tenían recortado el1 sen- tido contrario y aun con los bordes semi - circulares. En Quillagua encontramos t\na camisa de nuevo estilo (Fig. 115) en perfecto estado y con poco uso. Cubría la momia de una mujer, por encima del atado funerario. Es de color azul de añil, con costuras de hilo grueso de lana blanca. El cuello tiene un corte redondo y por del an te una abertura por el centro de unos 20 cm. de largo, con ojetes en ambos lados para poderlo abrochar por medio de un pasador o cordón. No tiene mangas yen vez de ellas se ha hecho una escotadura espe- cial desde la hombrera hasta la a ltura del seno, por el estilo de los camisones modernos. Donde termina este corte, la camisa tiene una anchura mucho mayor que en los hombros, anchura que continúa hasta el borde inferior, el cual, en vez de ser recto, como es general en las camisas, es redondeado en las esquinas. Esta camisa es más larga que 10 común y debe haber llegado a media pierna de la mujer que la llevaba, por- que es indudablemente prenda de mujer. Fué tejida de una sola pieza, después escotada y cosida por los costados debajo del escote. Algunas de las camisas con mangas son adornadas con bor- dados tejidos en el mismo género, en los contornos de las man- gas y del cuello. Los bordados son de doble faz y como las camisas están tejidas en una sola pieza , pueden volverse por cualquier lado y se ven iguales. A veces los bordados siguen IJar los costados y aun por el borde inferior de la camisa. Ge- neralmente son angostos, de 3 cm. aproX'imadamente , pero los hay más anchos, hasta 5 cm. Los colores empleados en los bordados son casi siempre obscuros, rojo, azul, verde y a veces ~mari1\o y blanco. Las camisas en que se encuentran los bordados son siempre de color uniforme, blanco, crema o terracota, nunca obscuras. En dos ocasiones, ambas en Qui- llagua, hallamos fajas exactamente iguales a los bordados de las camisas que ceñían. Al parecer, estas camisas eran obje- tos de lujo, porque además de ser raras, son de una textura mucho más fina que de ordinario. Es probable que se reser-

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