Arqueología de la región atacameña

ARQUIlOLOGiA DE LA REGl6N ATACAMEÑA 227 esmero que las puntas de las asas sobresalen por el interior en IIn centímetro o más. La misma ma nera 'de colocar las asas la notamos en varias de las ollas de la colección del Dr. Aichel, procedentes de la bahía de Antofagasta yen otras que recogi- mos en Qilillagua y parece ser ca racterís ti ca de las piezas gran- des de la región. Tazas , platos o pucos sub - globulares, sin asas son tambi{>n muy numerosos y asumen las más variadas form as. Son ge- neralmen te semi - circulares de corte , pero a lgunos son más altos y se estrechan algo en la boca. (A. r. c. Figs. 33 y 34.) Tambi én son comunes los cántaros a ltos, sub - g lobulares en la pa rte inferior y más o menos cóni cos en la mi tad supe- rior qúe termina usua lmen te en un cue ll o de borde vuelto hacia afuera. Los vasos pseudo - apodos, globulares y con cuell o en la parte superior y en forma de cono truncado in ver t ido en la inferior, son también bastante frecuelltes y const ituyen un o de los t ipos que Uble considera más comun es y característi- cas de esta cultura. (A. 1. C. Fig~. 23 y 24.) Otro tipo de vaso que se encuentra en cierta abundancia en es ta zona y época, son las tazas con asa en un lado que se asemejan en forma a las mode rnas que se emplean para ser- virse el té, aunque más gr uesas y toscas. (A. 1. C. Figs. 25 a 30 y 96. Lám. VII, Fig. 16. Lám. VIII, Figs. 9 y 11. ) Lehma nn- Nitsche, en su Catálogo, reproduce cuatro de este tipo de tazas halladas en Jujuy, una en San Juan de Mayo, (Lám. JIJ , Fig. 45) y las o tras tres en Casabi ndo , (Lám. IV, Figs. 3.4 Y 5.\ Debenedetti, al descri bi r el materi¡¡1ha ll ado por {> I en - La Isla . de Tilcara, reproduce (Fig. 149), un a taza de> mismo tipo y dice : -Los tres cementer ios de «La Isla . di eron un 'lúmero crecido de ejemplares de esta c1a¡;e. Son de t ipo uniforme, preparadas con bastante prolijidad, li gerament e a lisadas, tanto la superficie interna como la externa, ninguna presenta decoraciones, ningun a posee reborde por ser éste' 3gregado incómodo cuando se trata de beber en recipi entes que lo po- seen, todas están enneg recida6 por el hollín menos en las in me- diacion es del asa, por ser precisamente esta parte la que no estaba en contacto con el fu ego, todas son de base aplanada y todas tienen sus paredes de igual espesór . ' (Pág. 205.) Esta clase de taza parece habe rse desconocido ell el valle de Calchaquí, aunque se encuent ra ba tante repartida en la re - gión di aguita - chi lena y hasta en Chil e Central. Entre las formas curiosas que se ha ll an con relat iva frecuen- c!a, son los vasos a ltos con una o más cinturas que los dividen en dos o tres seccione~. Algunos tienen asas, otros no. Sus

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=