Arqueología de la región atacameña
210 RICARDO E . LATCHAM totora, aunque la planta no se halla en la zona, el que se encuentra en el Museo Nacional de Chi le, y otros de corta- dera se han encontrado en Cal'ama de ulla época posterior aun. ESTERAS Coetáneas con los delantales de totora, son las e~teras tej i- das del mismo material o de otras fibras vegetales . Muchas de las momias más antiguas se hallan envueltas en esteras de totora, de cortadera o esparla. Es probable que las más grandes de las esteras eran las que se usaban para los techos y aun para las paredes de sus habi- taciones y que a 'veces servían después para envolver los cadá- veres. También, como hem,os visto en Quillagua, se emplea- ban esteras de material grueso y burdo para techar las sepul- turas mismas, yen otras, en que las esteras han desaparecido, la presencia de palos y pértigas demuestran la anterior exis- tencia de aque ll as. Uhle escribe: «La totora se usaba en estado fresco; para esteras, para huinchas, cordeles, sogas, etc.; macerada , para delantales, . mangos de chuzos, de sonajas y para rellenar las momias. L as esteras les eran muy útiles para la construcción de sus habitaciones, la preparación y sepultura de los cadá- veres, la confección de las embarcaciones de bolsas y también en la de vestidos. La confección rle esteras es, todavía, la industria principal de los Uros del Desaguadero, de quienes las adquieren las poblaciones comarcanas. > (1) Aquí se refiere a la región de Arica, porque, 'como hemos indicado, más al sur, donde falta la totora, se emplea princi- palmente la cortadera . El empleo frecuente de esteras hechas de' fibras vegetales, continuó a través de todas las época s culturales de los ataca- meños y sus descendientes de hoy todavía las fabrican. Pero no en todas partes había talara. En esas localidades se em- pleaban otras plantas de talla larga y fibrosa, a veces, en su estado natural, pero generalmente maceradas y preparadas especialmente. En Quillagua, durante las últimas dos épo- cas, se usaban, para fabricar una especie de estera grosera, los tallos cilíndricos de la sorona o brea (Tessaria absinthioides. D. C.), entrelazados con corde litos' de lana . En las ruinas del genti lar de que hemos hablado más atrás, se l'ncontraban restos de esta clase de estera, juntos con los palos de algarrobo que evidentemente habían servido para techar los cuartos o habitaciones. E n todos los cementerios de los contornos, (1 ) Arql/eología de Arica :" TOCJ1(1. Oh. c it. p. 51. L(ml . YIII. Fi g. 4.
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