Arqueología de la región atacameña

198 RIC,\RIlO E. LATCIlAM En una segunda carta, habla de otras dos distintas de ¡as antes descritas. clJ na de ellas tiene dos animales y dos pe- cei., rudaOlente incisos en una cara; la segunda tiene una ¡igura humana, hermosamen te esculpida en cada ext remo. > El 1\1 useo Nacional posee una peq uefia serie de estas úIti mas, pero de piedra en vez de concha, también procedentes de Cal- dera. FLAUTAS DE HUESO En dos o tres ocasiones hemos visto flautas de hueso, hechas de las canillas de llamas o de huanacos. Tienen en un lado cuatro o cinco portillos que óe tapaban con las yemas de 10& dedos ~ara producir una diferencia de sonidos al Eer sopladas, pero no sabemos si éstos obededan a alguna escala determi- nada, o si las perforaciones se hacían al azar . Antes se suponía que todas estas flautas se hadan de cani- llas humanas y así h~y varias deEcritas, pero las que hemos visto son sin duda alguna fabricaclas de huesos de auchf>nidos Una, muy perfecta, hallada en Taltal, existe en e l Musco Nacional de Chile y otra la tenemos en nuestra colección par- ticular. PUNTAS DE FLECHA Las puntas de flecha de hueso, a menudo no tenían otra forma que la de un pequeño punzón, con punta adelgazada en ambos extremos, una de las cuales se embutía f'n un hueco dejado en el asta, a la que se fijaba con una mástica, o bien se dejaba suelta, para que pudie(a salir al ha<:er blanco. A veces la punta que quedaba libre se aplanaba en ambos lados y más raramente iba provista de una o varias barbas, pero siempre por el mismo lado, como los dien tes de una sierra. Lo mismo que las punta5 de madera de que hemos hablado antes, las de hueso eran casi siempre de pequeño tamaño, al- gunas casi diminutas. No pueden haber servido para cazar animales grandes, y mf'nos aun para la guerra. Parecen haber servido para la caza de aves o pequeños cuadrúpedos. BARBAS DE ITARPÓl\ Las barbas que se roloraban en los harpones eran de diver- sas formas y tamaños, pero siempre tenían punta aguzada. Generalmente eran arqueadas, de modo que cuando un extre- mo se sujetaba al asta, el otro quedaba apartado. Se fijaban (\1 asta por medio de tendones y mástica, inmediatamente

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