Arqueología de la región atacameña

170 RICARDO E. LATCHAM servido dt! recipientes; un ejemplar estaba pintado de rojo en el exterior. No he encontrado calabazas grabadas en la Puna, pero Lehmann - Nitsche y Ambrosetti publicaron algunos dibujos bastante complicados y variados, de calabazas dI, Casabindo, Cochinoca, Santa Catalina, etc. Uhle también encontró calabazas pirograbadas en Casabindo, las "cuales, según Seler, pertenecen a un~ especie de Cresentía, lo que' no es verosímil , porque todas las: calabazas que yo he recogido en las sepulturas de Morohuasi, Puerta de Tastil, Tastil, Sa- yate y Pucará de Rinconada, como también las exhumadas po r Sénéchal de la Grange en Calama, son frutos de una cucur- bitácea. Por otra parte , el verdadero calabacero (Cresentía Cujete. Lín.) tan común en el Brasil, no existe en la región andina de la Argentina y Bolivia. ' Más adelante habla de las calabazas de Calama en la si- guiente forma: -Las sepulturas de Cal ama han eNtregado un gran número de calabazas cortadas por el medio y que han se rvido de recipientes. Hay de varios tamaños y de diversas formas, sobre todo las esféricas y las piriformes. Pero todas estas calabazas provienen , según M. Jules Poisson, de la misma especie de cucurbitáceas que ha producido también las cala- bazas de Morohuasi, de Tastil y de Pucará de Rinconada . •Mucho" ejemplares, de los c\.lales algunos están reprodu- cidos, Figs. 176 y 177, muestran dibujos complicados, ejecu· tados por pirograbado. Estos dibujos no presentan mucha semejanza con los de las calabazas pirograbadas de Tastil, Fig. 84, pero ciertos adornos de las calabazas de Calama, como aquel compuesto de S tendida, se vuelven a encontrar en cala- bazas provenientes de Arica. Este adorno se encuentra igual- mente en las calabazas de la Puna de Jujuy, según las figuras publicadas por Lehmann - Nitsche y Ambrosetti. Las cala- bazas de Calama presentan un arreglo de aves grabadas debajo del borde. Una decoración análoga SI! halla en una calabaza pirograbada de Rinconada, pero en esta última pieza no se ve más que la cabeza y el cuello del ave. «Una de las calabazas de Cal ama contiene vainas de Pro- sopis (algarrobo); varias otras, granos de maíz; en otro ejem- plar se ve todavía el contenido de semillas de Prosopis formando una masa sólida que adhiere a la calabaza.> (Págs : 746 - 7. ) También da unas breves noticias de calabazas halladas en Chiu - Chiu. Dice :« La decoración es más simple que la de las calabazas de Calama. En una se ven las mismas volutas en forma de S como en Calama. En la ornamen tación de otra, entre varias cruces. Pág. 761 En un artículo titulado _Las calabazas pirograbadas de

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