Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGIA DE LA REGI6N ATACAMEÑA 163 - existido flechas mucho más potentes que las que hemos des- crito. Lehmann - Nitsche describe las flechas de Santa Catalina así: .Las asta. han sido hechas del rallo meduloso de una plan- ta parecida al sauco y llevan un pali to embu tido que soporta la punta. La extremidad superior del asta, en la que está embu tido dicho palito. está envuel ta con tendones. La extre · midad inferior presenta una ligera muesca para evitar el es- cape del tendón del arco y también está reforzada con una vuelta de tendones en la mayoría de los casos; además, pre· sen ta siempre un anillo hecho de un materia que parece com- puesta de barro o arcilla cocida y substancia pegajosa. Est'e anillo cubre los tendones cuando los hay; es de color negruzco, o, en dos casos , rojizo. Má. arriba de e6te anillo, hay unas barbas de pluma pegadas a los dos costados . •Las puntas de las flechas son de piedra, bastante bien tra- baj adas y de forma típica con un pequeño tronco. Este está embu tido en el palito y pegado a éste por medio ne una resina negra. Además, la extremidad superior del palito está en- vuelta por un tendón para fijar mejor la pun ta de piedra. El tamaño del asta varía de 36 a 44 cm.; el del palito de 9 a 23 , comprendida la punta de piedra. Las astas ebtán pintadas de vario. colores que pueden servir para la clasificación de cin co tipos. Sobre la naturaleza de los colores es muy poco lo que se puede decir. E l verde parece ser un óxido de co- bre. > (1) También describe flechab halladas en San Juan de Mayo, Ca5abindo, Surugá y Pucará de Rinconada, todas del mismo estilo mencionado. Los colores de los anillos de las flechaB descritas eran: blanco, verde, amarillo, marrón, negro, colo- rado y el color natural de la madera. Las plumas fijadas al asta con resina y sujetas en. am bos extremos ron tendones. raras veces tienen má~ de 3 ó 4 cm. de largo y e~án colocadas a unos 2 cm . de la base, pero no dice si eran colocadas en sentido recto u oblicuo . . E~ la costa , las flechas son más largas, más gruesas, pero me!lOS abundantes y nunca enteras. A juzgar por el gran número de puntas de piedra de todos los tamaños, debe haberse usado esta clase de cabeza de preferencia. Arcos enteros del li toral no conocemos, pero por los frag mentas se ve que son más gruesos que los encontrados en el interior. Las sepultu- ras del río Loa dan muy pocas ·puntas de sílex, son casi todas de madera, pero en algunos puntos de la Puna de J ujuy, como (1) Cat61ogo de A"tigltedarles. Ob. cit. p. 6.

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