Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGíA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 161 hasta la punta, sin que varíe el espesor del palito. Fig. 55 b. Dos de las flechas merecen una mención especial. Las d.)s se encontraron en QlIillaglla. Son las dos más largas y a la "ez las más gruesas de toda la colección. Tienen respectiva- mente un largo de 60 y 59 5 cm. El diámétro elel asta ele una es de 10 mm. y el de la otra 8 mm. Las dos son hechas en tres secciones; el asta, una prolongación de ésta. embutida ('n la primera sección, y una punta formada ele la espina de una raya (Raja 5p.), con dientes finos en ambos lados y muy vc- A pesar de encontrar muchísimas punt;¡s de sí:ex e'l la costa " también cierto número en el interior, no hemos hallado jamás una fle<;ha, ni entera ni quebrada con esa c1'lse de punta. ne las ideas que nos sugiere este her.lto, hablaremos más adelan te. Muchas de las flechas halladas están exornadas de anillos pin tados, dos () más, de diferen tes colores, siendo los más co- rrientes el verde claro y el marrón. En algunas, el anillo o anillos se encuentran solamer.te en el asta, en otras en la punw, y varias tienen anillos en las dos secciones . No sabemos si ésto se ha hecho con miras de adorno o si se perseguía algún fin utilitario, como el de indicar la propiedad de las flechas. Diremos, sin embargo, que en las tres aljabas había flechas con y sin anillo y que las adornadas en la misma aljaba no eran todas decoradas del mismo modo. La manera de emplumar las flechas no era siempre la misma. La mayor parte de ellas no lleva más que dos plumas corta', de 3 o 4 cm. de largo por 1 cm. de ancho. colocadas paralelas al eje del asta y a más o menos un centímetro de la base. Hay algunas que en vez de dos llevan tres plumas , colocadas del mismo modo. Sin embargo, no todas las plumas siguen , esta rutina. En la colocación mencionada, hay dos de las ele tres plumas y cuatro de las de rlos, en que las plumas están coloca- clns en forma ligeramente oblicua, como hélice. Todas éstas las hallamos en Quillagua. Las dos de tres plumas en hélice son las mismas que tienen punta de espina de saya. La- otras cuatro no se distinguen, en otro sentido, de las demás con pun- tas de madera. La base de todas las astas está envuelta con una finísima hebra de nervjos, la que, despues de dar numerosas vueltas , toma la punta inferior de la pluma. Hasta este punto, el nervio está enrollado de manera que cada vuelta aprieta la anterior, pero al llegar a la pluma, las vueltas se abren, dejando 1 mm. de espacio entre una y otra, pasando entre los plumo- nes y sujetando firmemente la pluma. Al extremo superior de la pluma, la hebra se afianza. Pero no todas las plumas PSIQUIA TRiA 11

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