Arqueología de la región atacameña

156 RICARDO E. LATClIAM del territorio atacameño, pero son especialmente abundantes en la hoya del río Loa. P.<\LOS DE PLANTAR • Juntos con los del)lás instrumentos de agricultura se en· cuentran unos palos puntiagudos, relativamente cortos, que se usaban para he.cer los hoyos en que los indígenas semqra· bao el maíz u otras semillas. Raras veces pasan de 60 cm. de largo y la mayor parte tienen menos. Tienen un diámetro medio de unos 3 cm., y están provistos de una punta no muy aguda. El otro extremo está redondeado para no lastimar la mano. Excepcionalmente el extremq romo está decorado de dibujos lineales y en una ocasión vimos uno que terminaba en I una cabeza humana esculpida en la madera. No son tan co- mlmes en la sepulturas como los cuchillones, pero se encuen- tran en casi todos 105 cementerios de la zona . PEINETAS DE MADERA Otro de los objetos de madera bastan te comunes en toda la región atacameña y que casi no mencionan las obras que tratan de la arqueología diaguita, aunque son muy conocidos en Bolivia, es el peine o peineta, fabricado de delgadas lami- nitas de madera elástica y resistente . Aparecen en las sepul- turas de la época atacameña indígena y ,ontinllan en el sub- siguiente. Las peinetas de la pri mera época son más toscas que las posteriores , tienen los dientes más separados y son un poco más grandes . No obstante, la técnica de su fabricación es igual en ambos casos. Los antiguos tienen de 12 a 15 cm. de largo y los posteriores de 10 a 12 cm. Los dientes sobre- salen unos dos cm. por cada lado de la barrita central. Cada peine tiene más o menos cuarenta dientes. Estos son ' unas laminitas de madera, Egeramente elípticas, de unos 6 cm . de largo por 4 mm. de ancho en su part", central , adelgaz3ndose UII poco hacia · los extremos que son ligeramen'te redondeados. Se fijan los dien tes, de filo, en tre dos plaqui tas de madera ° de caña, por medio de un hilito de lana, trenzado . de tal manera con otros que separan los dien tes unos de otros a la vez que apri<:'tan y ajustan las placas que los sujetan. A veces los hilos que se usan son de diferen tes colores y variando la posi- ción de ellos en el trenzado se producen diferen tes dibujos. Los peines del primer período tienen los dientes más sepa-

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