Arqueología de la región atacameña
i46 RICARDO E. LATCHAM que se sacan de las sepulturas . Una faja dibujada le ciñe la c1l1tura . En la parte superi or y formando un saliente que sirve de ,borde para la tapa, se halla una cinta en relieve que rodea la caj ita, adornada por los cuatro lados de, líneas en zig - zag, círculos y puntitos. La decoración del N.O 21 representa una fig\1ra humana con corona de plumas. Tiene en la mano derecha una hacha y lo que parece ser una maza en la izquierda. Como la figura anterior, está vestida de camisa o túnica, pero en este caso con mangas cortas. A un lado de esta figura se encuentra la re- presentación de una serpiente de dos cabezas. La parte su- perior está adornada de una faja en relieve, en la cua l se ha grabado cruces y rectángulos que encierran círculos. Toda la. decoración es del esti lo de Tiahuanaco y es muy probable que la caji ta pertenezca a ese período. Fué· hallado en Chiu - Chi u, de donde han · procedido numerosos otros artefactos de la mi sma época. La cajita representada por el N. " 22 es de Toconao. Lleva en ambos lados la fi gura en relieve de un lagarto. La signada con ~ l N. ° 23 y 23a tiene en tres lados un pequeño tablero en relieve. En los dos costados el tablero eetá grabado con una figura escalerada con greca y el tab lero que forma el fren te tiene esculpida una cara humana, con un peinado a lgo pare- cido a l que se ve en el N." 18. También parece pertenecer a la época de Tiahuanaco. Varias de las caji tas q\le tienen figuras escu lpidas, también llevan decoraciones en fajas con figuras incisas del estilo de Tiahuanaco o del epigonal. Sirven para indi car el período en que se introdujo este arte en la región. No obstante, el empleo de las cajitas contin uó a -través de las épocas posterio- res hasta la de los incas. E n Chiu - Chi u , Cobija y San Pedro de Atacama, se han ha llado cajitas igual es en forma a las Nos. 2 ); 29 , hechas de greda cocida, negras y bien pulidas, una de las cuales existe en el lVluseo de Etnología y Antropología. Una parecida a l N.O 2, pero de piedra, existía en la colección del Dr. Luis Ver- !tara Flores, de Tocopill a , hallada en Quillagua y hay otra, tamhi én de piedra veteada, de dos divisiones y que contiene cinabrio , en el Museo Nacional de Chil e. Era de la colección de don J osé Toribio 1\J edina. Aunque de vez en cuando se han encontrado estas caji tas en la región diaguita, ~o creemos que se fabri caban común - mente por ese pueblo y que, al igual que las tabletas y tubos para absorber rapé, debe consi derarse como un elemento cul-
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