Arqueología de la región atacameña

id ftrcARnó E. LATcFiÁM colecciones donadas al mismo Museo por el señor Aníbal Eche- verría y Reyes, hay otras treinta o más, procedentes de Chiu - Chiu y San Pedro de Atacama. En el Museo Nacional de Chile existen actualmente más de cincuenta, recogidas en di- ferentes partes de la región . atacameña y en los dibujos que presentamos figuran unas cuantas que se hallan en colecciónes particulares . Hemos examinado más de ciento cincuenta proceden tes de diferentes pun tos de la región. Las cajitas son de las más variadas formas y tamaños, algu- nas sencillas, otras con dos o más divisiones. A menudo son labradas o esculpidas, pero la mayor parte son lisas. La forma más común es la cilíndrica, pero las hay bicónicas, cuadradas, rectangulares, ovaladas, oblongas y romboidales. Cualquiera que sea su forma, son siempre labradas de una sola pieza, aun las que tienen varias divisiones. Muchas t ie- nen o han tenido tapas y son rebajadas en el borde superior para que éstas se ajusten con facilidad. Las tapas son a veces de madera, pero con mayor frecuencia de cuero crudo, como pergamino. Los huecos de las cajitas son bien hechos, lisos , simétricos y a menudo pulidos. Las cajitas de una o más divisiones son compartidas de una manera pareja e igual. Sorprende ver cómo estos indígenas con un instrumental principalmente de piedra ·y durante el último período con una que otra herra- mienta de cobre o de bronce, pudieron hacer ·un trabajo tan bien acabado como 10 es la mayor parte de las cajitas, las ta- bletas, los tubos y otros objetos de madera. Casi todas las cajitas de esta clase que conocemos son de madera de algarrobo, aunque hemos visto varias de greda y dos de piedra. En las figuras que acompañamos hemos reproducido los principales tipos. Los más comunes son, como hemos dicho, los cilíndricos, que, en general, parecen haberse labrado de trozos de ramas naturales, ahuecados y pulidos conveniente- mente. Pero este tipo también tiene sus variantes. A veces es más ancho abajo que arriba, pero en algunas pasa 10 contra- rio y la parte más ancha se halla en la boca (Fig. 46, N.O 14 Y Fig. 48, N. o 36) . Con frecuencia llevan un rebaje para ajus- tar la tapa (Fig. 45, Nos. 10 y 11), otras tienen una cintura en relieve (Fig. 46, N. o 12). Dicha cintura es a veces doble (Fig. 46, N. o 13 y Fig. 47, N. o 25) . Algunas son decoradas con figuras en relieve, o bien incisas (Fig. 46, Nos. 16, 17, 17 a, 18, 19, 19a y 19b Y Fig. 47, Nos. 22, 23, 23a y 26). Entre las cajitas cilíndricas que llaman especialmente la atención', po- demos indicar el N.O 15, Fig. 46, que lleva una división al me-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=