Arqueología de la región atacameña
A~QUEOI.OGÍA DE L A REGlÓN ATACAMENA 143 sólo una parte red ucida de ellos estaría enterrada con los muer- tOS Tales ganchos se han encon trado ~n can tielaeles eh las se- pulturas y gru tas ele la Puna ele Jujuy, como también en La Paya . Ocasionalmente se ha ll an en la región eliaguita, pero no forman a ll í un a parte inevitabl e del ajuar funerario de las sepul turas, como en la gran mayoría de las localidades ocupa- das por los atacameños. Por el lado ch il eno, no conocemos ganchos ha ll ados a l sur ele Caldera , aunque en este punto, Ifmite entre las culturas diaguita y atacameña, se han encon- trado algunos. En cambio, por los márgenes del río Loa y en los contornos del Salar de Atacama, forman uno de los objetos más abundantes hallados en las sepul t uras de las últimas dos (opacas cul t ura le5 CAJITAS y ESTUCHES PARA CUARDAR COLORES En las sepu lt uras de todas las (-pocas de la cu lt ura ataca- meña, con excepción quizá de la primera, se encuentran caj i- tas o estuches de hueso, de caña o de madera, .empleados para guardar tierras de color. (1) Los más antiguos son de hueso, usánel ose para ellos un trozo elel fémur de un lobo mar in o o bien de ll ama o huanaco. Generalmente el hueso usado está abierto en sus dos ext remos, cerrándose con tarugos de madera, pero de vez en cuando, se halla un o que ha sido cortado cerca del nudo y éste sirve para el fondo, dejándose sólo un a boca para tapar. Raras veces pasan ele 10 Ó 12 cm. de largo. Las t ierras que guardaban los indios en dichos estuches, eran generalmen te ocres, rojo y amarill o, una especie de t iza blanca, una t ierra negra y ocasiC'nalmente el bermellón del ci nabr io y el verde de carbonatos de cobre y el amar ill o del realjar Duran te las ÍIlt imas épocas, los estuches de hueso fueron reemplazados en gran parte por otros de caña o de madera de la mi sma forma o con cajitas de este último material, con un a o más divisiones. (2) Sin embargo, en la costa, al lado de éstos más modernos se conti nuaba el uso de los estuches de hueso. Entre los muchos o~os recogidos por Uhle en Ca lama y Chunchuri , existentes en el Museo de Etnología y Antropolo- gía de Santiago, encont ramos varias de estas cajitas y en las (1) En el Museo Nacional de Chile, haya lo m('nos una veintena que aun contienen las tierras o sus sei'la lcs . (2) LATe"AM. Los changos de las costas de Chile. Ob. cit. Figs. 6 y 7.
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