Arqueología de la región atacameña

140 RICARDO E. LATCHAM angostos en la parte superior que en la boca. Sus dimensio- nes varían muy considerablemente y en la colección del Mu- seo Nacional de Chile, los hay desde 70 mm. en el sentido más ancho de la boca hasta 223 mm. El diámetro transversal es más o menos la: tercera parte de su diámetro mayor y la a ltura es casi siempre un pOCO menor que su largo. La superficie superior es plana y perforada por dos portillos que sirven para colocar los badajos y para suspender el cencerro con un cordón de lana. Los badajos, en número de cuatro, cinco o seis, son unos palitos proporcionados al tamaño del cencerro, perfora- dos en su extremo superior, para pasar el hilo que los sirve de sostén. Las paredes de los cencerros varían de grosor con el tamaño del aparato, 6 6 7 mm. en los grandes y 2 a 3 mm. en los más pequeños, pero son siempre más gruesos en la parte superior yen los extrémos del óvalo. Fig. 43. Dichos cencerros se colgaban a los cuellos de las llamas jefes de la tropa, de la misma manera como los cencerros de bronce en las madrinas de las tropas de mulas en la actualidad. El traqueteo es menos melodioso que en los de bronce, pero es sonoro y se puede oir a bastante distancia. En la regi6n calchaquí y diaguita se encuentran cencerros de bronce de la misma forma, llamados tantanes. Son más pequeños que los de madera y éstos se han enconuado, en es- caso número, en Jujuy y el norte del valle de Calchaquí. Am- brosetti no hace menci6n de los cencerros de madera , aunque habla, en varias de sus obras, de los de bronce. Probablemente la primera mención de los cencerros de ma- dera se halla en la obra de· Boman. (1) Dice que examinando la colecci6n arqueol6gica de objetos encontrados por Max Uh le en las grutas funerarias de la Quebrada de Tutute y de Taranta, cerca de Casabindo, Puna de Jujuy, .ha1l6 dos cencerros de madera. Describe otros cuatro descubiertos por M. Sénéchal de la Grange en los cementerios indígenas de Calama. Re~u­ miendo, y hablando nuevamente de los hallados por Uhle, observa: «Estos ejemplares y los de Calama son los únicos cen- cerros de madera conocidos en América del Sur, y el hallazgo de estos objetos tan especiales en el Desierto de Atacama Y en la Puna de Jujuy, demuestra de una manera positiva que el mismo pueblo habitaba antiguamente las dos regiones. ' Hoy, por los motivos que hemos expuesto en otra parte , di· ríamos más bien, que demuestra contactos e infiltraci6n de inAuenc.üs atacameñas en la Puna. Uhle no hall6 cencerros de e ta clase en sus excavaciones de ---------------------------------------------------- (1) A"tiq"it~s. Ob. cit. pp. 614 Y 744. PI. LXXIV. p. 756.

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