Arqueología de la región atacameña
i32 RléARDÓ E. iATCl'IAM: sur, con la cual, al parecer, tuvo pocos contactos. Volvemos a llamar la atención a que, con una sola excepción, la totalidad de los objetos figurados y descri tos por Lehmann - Ni tsche én su Catálogo, es esencialmente atacameña. En cuamo a La Paya, la cosa es distinta. Aquí encontra- mos una mezcla de culturas, fáciles de determinar. Por su a lfarería y por su metal urgía es evidente que predominaban la~ influencias diaguitas , las que probabi emente formaban la base de la cultura. Pero no son menos concluyentes las in- fluencias atacameñas . Casi todos los objetos de madera- palas, cuchillones, tabletas, tubos, cajitas, ganchos, muñecas y otras figuras humanas, et-c ., - son de tipos netamente ata- cameños. Excluímos las torteras grabada!?, las cuales , si es verdad que son igua:les en su forma a las atacameñas, sin em- bargo, difieren de éstas en su decoración. Debemos observar también que la pre~en cia de numerosos ejemplares de conchas marina5 en las sepulturas de La Paya, señala nuevamente las influencias comerciales de los atacame- ños, quienes recorrían el territorio desde cl mar hasta la Puna y aún más allá. Se notan igualmente las mismas influencias en la decoración de la alfarería pin tada y estas influencias chin cha - atacame- ñas también se imprimieron en la alfarería diaguita de más al sur. (1) Sobre este punto hablaremos con más detalles en otra parte de este trabajo. Aparecen las tabletas del tipo en referencia, por primera vez, en la antigua civi li zación de Tiahuanaco. Las que se conocen de aquel centro son todas de piedra. No sabemos si en esa época se usaren la5 de madera. Los objetos de aquel material son escasos por no haber resistido por lo general , los efectos del tiempo. No obstante, en San Pedro de Atacama se han encontrado varias tabletas de ese período, de los cua les Uh le ha reconocido dos. Reproduce tres más de C::hiu - Chiu (2) que deben asignarse a la misma época. Presentamos otras en las figs. · l, 2 y 3, algunas de las cuales son de un tipo dis- tinto de las de piedra, pero que son tan características del arte de Tiahuanaco como las anteriores. Los mangos de éstas representan cabezas de pumas labradas en ' el conocido estilo tiahuat1aquense . La labranza de ellas es mucho más esme- rada que las de épocas posteriores. Al parecer, el N.o 22 de la serie de Chiu - Chiu , presentada por Uhle, es del mismo eS- t il o, viéndola de perfil, aunque no lo podemos asegurar . (1 ) Influencias chinchas en la alfarería de Chilr y /1rger..tina. (2 ) Tabletas de madera de Chiu-Chi". Oh. cit. Figs. 24, 25 Y 26.
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