Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGí A DE L A REGl ÓN ATACAMEÑA 121 está rodeado de un borde salien te de doble arco que forma los contornos de una cara humana, parecida a las que se ven en las urnas funerar ias de San ta l\ lada. Los ojos y la boca son pequeñas excavaciones y la nari z está fo rmada por la prolon- "ación de la uni ón de los a rcos. E n el dorso de la tab leta ~stán grabadas las a las y co la del lo ro cuya cabeza está en re- lieve, por una serie de .líneas. (Fig. 35). Es la ún ica deco ración de este estil o que conocemos en Chile pero ' se repi te en el a rte de Santa María en a l provincia de Catama rca a l igua l de la forma de la cara humana en re lieve. _'o conocemos otra tableta de piedra encontrad a en la re- gión di aguita, que un a publi cada en la fi g. 2 que presenta Desiderio Agui a r en su a r tícul o sobre los <Huarpes » de Cali n- gasta. Tiene un a extensión en una pun ta yen la otra un d isco en que se ha grabado una cara huma na . PIPAS DE PIEDRA Aunque no mu y comu nes, se hall a n pipas de piedra en los antiguos cemen terios a t acameños . Son de dos t ipos, uno tubul ar como las boquillas modernas para fumar cigarrill os, y el otro de doble tubo , uno a cada lado ·de l homi ll o per- pendi cul ar cen t ral, uno de cua les si rve de boquill a sie,ndo ce- rrado el otro. - Existen en el Museo Nacional, desde an tiguo, varias de es tas pipas de dob le tu bo, todas proceden tes de la región diagui ta - chil ena . Algunas de ell as fueron reprod ucidas en un trabaj.o t itul ado El tabaco :1' las pipas prehisp,ínicas de Chi- le, por T omás Guevara y el Dr. Aureli ano Oyarzú n. · (1) Actua lmente hay en el mismo Museo otras cuatro, de las cu ales dos proceden de Ta ltal y dos hall adas por nosotros en Quill agua . Los ocho ejempla res r!el Museo son todos fabri - cados de sil icatos de <I lu mi na, de color, blanquecino , con ligero tinte rosáceo . Fig. 36 No creemos que los ind ios atacameños fu maban de costum- bre. E l número de pipas que se ha n hallado es muy cor to pa ra pensar en eso. Estimamos más bien que d ichos objetos t uvieron un' empleo ri t ua l, a l igua l que las tabletas y tubos pa ra aspi rar o in sufla r el rapé . N o sabemos si era ta baco que usaban los atacameoos para fuma r y para hae~r su ra pé o si se empleara O1:ra planta, por (1) Actas del XVII COllgreso Jl1lerua cional de Americallistas. lluellQ$ Aires, 1912.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=