Arqueología de la región atacameña

14 'RICARDO E. LATCHAM cerca de Cangallo: Putica, Carampa, Tomanga, Chuschi; en los orígenes del río Paucartambo: Cauri, Camára, Ocongate, Pichiuca, Cacayro, Ausaray; en el curso superior del río Pa- chachaca: Huayquipa, Pampatama, Tintay, Lucre, Chocoche Casinchihua Pichihua, Atancama, Lambrama, Soconta; den- tro de 'un drculo de diez kilómetros de diámetro, en el río Anta- bamba: Pichihua, Pasica, Tapayrihua, Chesaca; en el curso superior del río principal de Catabambas: Chirirque, Virundo, Pamparacay, etc.> (1) Además de los citados en estos párrafos, Uhle reproduce más de otros -}uinientos nombres geográficos derivados de raíces atacameñas, repartidos en el norte de Chile, el sur del Perú y el oeste de Bolivia. Por consiguiente no puede quedar duda a lguna de que, en una época lejana el pueblo que habl aba ese idioma recorrió toda la zona, permaneciendo en ella el tiemp.o suficien te para imponer una toponimia propia, que ha durado en gran parte hasta el presen te. Hemos visto que Uhle considera que el territorio ori ginal de los atacameños debe haber sido la vecindad del Salar de Ata- cama y la región del Salar de Arizaro. Después de un estudio de la toponirriia de t9da la región recorrida por eLlos en slis migraciones, pensamos que con toda probabilidad tiene razón, solamente estimamos que tal vez habrá que extender la zpna para incluir la Puna de Atacama hacia el este y por el norte hasta Chiu - Chiu . - Dentro de estos límites la gran mayoría de los nombres geográ ficos son atacameños, lo que no ocurre ' en ninguna otra región donde los nombres de este origen ~on más o menos frecuer¡tes, pero son lejos de ser exclusivos. La región a que nos referimos se extiende de sur a norte, entre los paralelos 26" 45' y 22 ° latitud sur y entre los meri- dianos 66°30' y 68°20' Ipngitud oeste q e Greenwich. Incluye el Salar de Atacama por el noroeste, el Sala r de Arizaro por el sureste, la Puna de Atacama al este. Por el centro de ia zona corre, de norte a sur, la Cordillera occidental pasando al este d el Salar de Atacama y al oeste del d e Arizaro. Entre esta Sierra y la Cordillera oriental que cierra el lado opuesto de la Puna, se hallan dos grandes llanuras o mesetas que no son otra cosa que la con tin llación meridional de los al tipla!1os boli- vianos. En toda esta extensa zona, si exceptJarnos las partes más desiertas, abandonadas ¡iun por los indígenas, cuyos cerros, cuando tienen a lgún nombre lo han recibido de los mineros y exploradores españoles o chi lenos, todos los pi cos destacados (1) F#ndol1unlos Etnicos . Ob. ci~. pp . 16 Y 17 Y Ilota 4.

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