Arqueología de la región atacameña
ARQUEOLOGÍA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 117 tanto como en su base. El extremo que constituye la cabeza es siempre redoneleado y liso. Generalmente son de pequeño tamaño, aunque hay algunas mayores. No queda duda de que hayan servido para moler pinturas, porque muchas de ellas están manchadas en la base, de diférentes colores, como lo son también las lajas que se han usado para la molienda. Los colores molidos y amasados en bolas, también se en- cuentran, a veces y con frecuencia los estuches o cajitas de hueso o ele madera de que hemos hablado contienen todavía dicha~ pinturas. Los colores son siempre minerales, siendo los más comünes los ocres o hidratos y óxidos de hierro, tiza o caolín, óxidos de manganeso, carbonatos de cobre, óxidos de arsénico y a veces, el cinabrio. Existen en el Museo Nacional, trozos de casi todos estos colores, amasados que han sido finamente molidos, también una serie de morteritos de piedra que han servido para este propósito, pero todos ele la región ele la cost<l, Taltal, Paposo, El Cobre, Cobija, etc. • MORTEROS y METATES O CONANAS Al hablar de la molienda, debemos decir que en toda la zona, se encuen tran morteros de la forma sudamericana co- rriente, como también, con menos frecuencia, las cananas o metates usados en diversas partes del continente para reducir el maíz a harina por la fricción, después de triturarlo primero en los morteros ele percusión. Manos de ambos se han en- contrado también. pero no siempre juntas con los morteros. Además de los morteros usados para moler granos y los chicos empleados para preparar las pinturas, se encuentran en algunas partes unos morteritos chicos que no pueden haber servido para ninguno de estos propósi tos. Son casi siempre hechos de un arenisca tosca, llena de fragmentos de concha. La oquedad de estos morteritos. raras veces pasa de 6 u 8 cm. de diámetro por S Ó 6 de profundidad. Casi nunca se encuen- tran enteros, sino partidos o fragmentados. No tenemos seguridad respecto de su empleo. No parece haberse usado para moler colores porque nunca los hemos en- contrado teñidos. Tampoco pueden haber servido para mo- ler granos u otra materia cualquiera de mediana dureza, por- que el material de que son hechos es muy blando y cualquier frotamielito fuerte los desgasta y hace que se desprenden par- tículas de arena. Al examinarlos con detención no parecen haber tenido uso después de hechos, porque la superficie in te-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=