Arqueología de la región atacameña

114 iUCARDO E. LAtCHAM recen en ésta, y parece que las estólicas, que deben haberse usado hasta la llegada de las influencias chinchas, desapare- cieron completamente durante dicha época, porque no halla- mos vestigios de ellas en estos cementerios. Son muy nume- rosas en todas las épocas las puntas de harpones, que general- mente son más anchas y más toscas que las puntas de flechas , como si fueran sobrevivencias de períodos anteriores y fabri- cadas con otra t écnica, más primitiva, quizá por los pescado- (es de la costa, que sólo absorbi eron en parte la nueva cultura más adelantada Las observaciones que hemos hecho respecto de las puntas de silex de Taltal son igualmente aplicables a las halladas en otras partes del litoral, a lo menos hasta Cobija por el norte. En el interior, únicamente en Quillagua hemos encontrado con cierta frecuencia, el tipo grande de punta que podía ha- ber servido para las flechas IIsadas en la guerra PESAS PARA LIENZAS DE PESCAR Se ·encuentra otro tipo de artefacto de piedra en la costa que no es comÍln en el interior , pero en este caso la razón es muy explicable. Nos referimos a las pesas para las lienzas de pescar, cuyo número es muy considerable. Tienen casi siempre la misma forma - la de un cigarro puro - y en la mayoría de las veces , son hechas del mismo material - una esquista pizarrosa. Son casi cilíndricas, con un engrosa- miento en la parte central y más delgazadas hacia los extre- mos, los cuales van circundados de una ligera ranura para afian~ar la lienza. Hemos encontrado en diferentes partes, varias de estas pe- sas con sus lienzas y a veces sus anzuelos originales, estos últi- mos de concha, de hueso, de piedra o de cobre Las dimen- siones de las pesas son proporcionadas al tamaño de los anzue- los y es evidente que variaban según la clase de pesca a que fueron dedicados. Fluctúan entre 8 y 18 cm. de largo y su espesor varía entre 6 y 15 mm. en su centro. Una hallada en TaIta! y ahora en el Museo Nacional, mide 30.5 cm. de largo y tiene una anchura central de 41 mm., con un espesor de 19 mm. Es la más grande que conocemos. Es aplanada y ligeramente elipsoide y hecha de esquista pizarrosa. Aunque son muy abundantes en la costa son muy poco fre- cuentes en el interior, pero hemos encontrado varios ejempla- res en las sepulturas del valle del río Loa. En varias ocasiones hemos encontrado la misma clase de

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