Arqueología de la región atacameña

ARQUEOLOGíA DE LA REGIÓN ATACAMEÑA 13 todn ,,] Sur del Per' , a l oeste de Bolivia y a una parte del ex- tremo norO!'ste oe la Argentina. Refiriéndose a esto, escribe Uhle: .' .Como su lerri torio original por el lado de Chile se pue,den considerar los a lrededores del salar de Atacama, comprendiéndo además la región del Salar de Arizaro, y porque continuamente tra ficaban en dirección al mar , para ganar su subsistencia, tam- bién toda la zona hasta el río Loa inferior cerca de Tocopi lla. Representaban por su cría de animales, con los que traficaban a largas distancias, como también por su fomen to agrícola, un elemento importante en la civilización de aquellas regiones, y con tales cualidades habrán estado predestinados a ' lIeva~ su tipo de cultura hasta otras regiones que, en cierto período no habían progresado todavía en la misma medida. • Parece que ~ explican así sus migraciones a regiones leja- nas del norte. Llenaron todas las provincias de las Chichas y de Lipez, la región entre los grandes salares del oeste, exten- diéndose por toda la provincia de Carangas y los dis tritos al oeste del Desaguadero. Se posesionaron evidentemente de una gran parte del Lago Ti ti caca y de las lIan l.\ra.s del norte. Denominaron todos los picos más altos del sur de Bolivia y de la Cordillera del oeste, como Chorolque, Tuluina, Asanaque, Tapaquilcha, Oyague, lsluga, Tarapacá, Arintica, Puqllin- tica, Sajama, Tomerape, Capurata, Ch llquiananta, Toapacá, T acora. Tu t llpacá, y el cerro Capira. Extetldiéronse por toda la región de la costa, sin parar en Tacna o en Arica. Sus mi~va­ ciones los llevaron por Moquehua- y la región de 'Arequipa, por el norte, hasta lea; de la misma manera se aglomeraron en los valles del curso superior del río Apurimac y de sus aflu- yen tes, en los departamentos de Apurimac y Ayacucho, inclu- yendo algunas partes del valle de Vilcanota y la cabecera del río Paucartambo. . • Encon tramos sus ' nombres geográficos en toda esta costa del sur del Perú, en los valles adyacen tes y aun en las cabece- ras de sus ríos. Pocos valles del di stri to de la sierra de éste quedaron , al parecer, libres de nombres impuestos por ellos a sus localidades, mientras en varios otros formaron grupos extensos , con ci erta condensación de sus nombres geográncos en distritos pequeños. Los noml;¡res de los nevados orienta- les: Ausangate, y Sargan tay marcan el fin de Sl,l extensión al este . .. . • Dentro de un círculo de diámetro de 25 a 35 kilómetros, encontramos en la cabecera del río Apurimac, los nombres: Pichihua, Achima, Sotonta; en la Pampa, Coyachi y Puyachi; cerca de Andahuai\¡ts, Tucsama, Cacacha, Pacocha, Argama;

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