Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia
CAPITULO 11 / CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL TRATAMIENTO DE LA PERSONA CON AFASIA 75 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA En nuestra realidad nacional, González & Donoso (2000) resca- tan 8 principios a considerar al momento de iniciar un proce- so terapéutico, los cuales nacen de una revisión de un corpus bibliográfico diverso. Estos principios aluden a aspectos tales como el intento de emular situaciones comunicativas natura- les, contextualizar la terapia y los estímulos según la realidad de cada persona, enfocarse en las habilidades remanentes y en la promoción de la comunicación multimodal, incluyendo a los compañeros de comunicación y buscando la generaliza- ción de los aspectos trabajados. Proceso de intervención Las técnicas utilizadas en el trabajo con PcA son muy variadas, existiendo numerosas aproximaciones y métodos terapéu- ticos. La toma de decisiones en la terapia implica considerar múltiples aristas según el o los modelos de rehabilitación es- cogidos, distintas aproximaciones teóricas y metodologías, diferentes políticas y normas institucionales (OMS, 2001). Por otro lado, el clínico puede optar por utilizar su propia aproxi- mación ecléctica al tratamiento basado en su propia experien- cia y en la opinión de colegas (Klippi et al ., 2012), por lo que definir una sola forma de trabajar es complejo. Existen algunas guías desarrolladas en países extranjeros que entregan algunos lineamientos sobre cómo implementar pla- nes de rehabilitación fonoaudiológica. Ejemplos de ellos son el “Manual para la puesta en marcha y planificación de servi- cios para necesidades de lenguaje, habla y comunicación en afasia” desarrollado por el RCSLT de Inglaterra (2009) y los lineamientos publicados por la American Speech Language Hearing Association (ASHA, 2020). En ambos casos, se plantea un objetivo general relacionado a la terapia con PcA, así como también entregan pautas en relación con la intensidad y for- mato (individual o grupal). Se sugiere en ambos documentos considerar la incorporación de comunicación aumentativa al- ternativa si puede resultar un aporte y, por otro lado, hacen hincapié en considerar otro tipo de factores como aspectos culturales, religiosos o del idioma de la persona afectada. Como se dijo previamente, en el contexto nacional, Gonzáles & Donoso (2000), plantean 8 puntos a considerar, los que se presentan a continuación: • La selección de la PcA es importante para el abordaje di- recto, mencionando cierto nivel de rendimiento basal, es- tabilidad de la patología neurológica, motivación y estabi- lidad emocional por parte de la persona afectada. • El contenido del tratamiento debe estar basado en las ne- cesidades comunicativas de la PcA. • Se debe considerar intervenir trastornos asociados (de- ficiencias cognitivas, trastornos de habla y funciones no verbales). • La planificación de las sesiones implica su frecuencia, du- ración y estructura. • El registro del tratamiento es fundamental para medir su eficacia. En cuanto a la practica basada en la evidencia (PBE), en una revisión de Cochrane se demuestra la efectividad de la terapia realizada por especialistas en la comunicación, en PcA poste- rior a un ACV en comparación con no realizar ninguna terapia. Así mismo existe evidencia significativa de que una mayor in- tensidad, frecuencia y prolongación en el tiempo de las sesio- nes terapéuticas, se asocia a una mejoría en la comunicación funcional de las PcA. Sin embargo, también se observó que en los grupos que recibieron tratamiento con estos estándares, hubo mayor nivel de deserción (Brady et al ., 2016). Implementar programas terapéuticos de alta intensidad (que consten de 8.8 horas semanales) es complejo a pesar de que existe evidencia en relación con los beneficios que entregan (Gunning et al ., 2017). Por este motivo, se sugiere que esta noción de alta intensidad sea siempre interpretada tomando en cuenta los contextos y restricciones de las diferentes rea- lidades de los servicios de salud. De esta misma forma, este tipo de programas implica distintos desafíos para los clínicos que la implementan, los cuales incluyen fatiga y burnout , por lo que es importante informarse y generar estrategias de au- tocuidado (Gunning et al ., 2017). Factores pronósticos Al enfrentar el abordaje de una PcA, es importante conocer los distintos factores que pueden influir en la evolución de la situación de salud y con ello también en su recuperación. Es importante recordar que los objetivos generales de los trata- mientos en PcA apuntan a la mejoría de su calidad de vida, la cual es una interacción dinámica de múltiples factores (Cha- pey, 2008). Por este motivo, tanto la intervención como el pro- nóstico suele mirarse desde varios puntos de vista, lo cual po- demos ordenar a través del esquema propuesto por la CIF. A continuación, mencionaremos algunos aspectos relacionados al pronóstico por niveles de la CIF: A. Estructura y Función Personales: • Edad: A mayor edad, aumenta la probabilidad de tener un ACV. Por otro lado, en personas más jóvenes existe una tasa de recuperación más alta que en personas mayores (Engelter et al ., 2006; Laska et al ., 2001) • Nivel educacional previo: no hay evidencia suficiente que establezca una relación directa entre el nivel educativo y la recuperación de la afasia (Connor et al ., 2001; David & Skilbeck, 1984; Lazar et al ., 2008). Neurológicos: • Dominancia Hemisférica: Se ha visto que las personas zurdas o ambidiestras tienen mayor representación bihe- misférica del lenguaje, lo que repercute favorablemente en su recuperación en comparación con sujetos diestros (Berthier, 2005). • Sitio y tamaño de la lesión: En aquellas lesiones que son extensas e incluyen la sustancia blanca, se ha visto que las dificultades de fluidez tienden a ser más persistentes, mientras que las lesiones menos extensas y sólo de corteza cerebral tienen a tener una mejor recuperación (Berthier, 2005). • Severidad inicial: la severidad del ACV tiende a asociarse
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