Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

CAPITULO 8 / EVALUACIÓN ESTRUCTURA Y FUNCIÓN 54 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA prueba requiere un entrenamiento muy riguroso, puesto que la interpretación de sus resultados es muy rígida, lo que la hace una prueba muy sensible a detectar trastornos de la comunicación (Ardila et al ., 2005). Lamentablemente, por las características anteriormente mencionadas, su aplicación es bastante compleja y requiere certificación por parte del eva- luador. Batería de las Afasias de Western (WAB) (Kertesz, 1982) Esta batería reúne varios subtest del Test de Boston (Good- glass et al ., 1998). En la actualidad se considera que esta bate- ría tiene un alto nivel de confiabilidad y validez en el diagnós- tico de los trastornos afásicos, sin embargo, es una prueba que tarda al menos 2 horas en su aplicación. La WAB incluye cinco subpruebas de lenguaje (de la A a la E): a) comprensión verbal, b) expresión oral, c) denominación, d) repetición, e) praxias y habilidades constructivas que incluyen la prueba de Matrices Progresivas (Raven, 2003), que derivan en cinco puntajes. Estos puntajes se convierten en una escala de 10 puntos, lo que permite observar un perfil comunicativo. Posteriormente, se puede calcular un cociente afásicomultipli- cando por dos cada uno de los cinco puntajes y sumándolos. El puntaje máximo corresponde a 100 puntos. Este cociente refleja la gravedad del déficit del lenguaje hablado en la afasia entregando un perfil cognitivo y constituye un indicador de puntuación global que simplifica el proceso de intervención, lo individualiza y facilita la proyección del pronóstico. Esta prueba cuenta con varias traducciones al español y ha sido validada en España y otros países hispanohablantes como México (Kertesz, 1982). Test de Afasia de Kentucky (KAT) (Marshall &Wright, 2007) Esta prueba evalúa aspectos comunicativo-lingüísticos a tra- vés de 3 baterías (KAT1, KAT2, y KAT3), consta de un ítem de descripción de lámina y un ítem de orientación, ambos son ítems introductorios, que luego dan paso a una medición más completa del desempeño de la persona a través de 6 ítems que a su vez, se conforman por 10 subítems cada uno, eva- luando tanto la expresión como la compresión del lenguaje. Los ítems de esta prueba son: a) denominación, b) definición de palabras, c) repetición, d) seguimiento de órdenes, e) pre- guntas con respuesta sí/no, f ) correspondencia palabra-ima- gen (Marshall &Wright, 2007). Es importante destacar qu el ítem de descripción de lámina determina cuál de las 3 baterías debe ser utilizada posterior- mente, de acuerdo al desempeño de la PcA. Esta prueba es de fácil aplicación por parte del evaluador y de corta extensión, lo que la hace una alternativa viable de aplicar en la clínica. Además, permite que la persona responda mediante diferentes modalidades del lenguaje, no sólo verbal oral. En Chile, se encuentra actualmente en su etapa final de adaptación y validación, contando con normas para la pobla- ción local (Tobar-Fredes et al ., 2019). Test de vocabulario de Boston (Goodglas et al ., 1996) Esta constituye una prueba específica de lenguaje que permi- te evaluar sólo la habilidad para denominar de las personas que presentan algún trastorno de lenguaje. La prueba con- siste en presentar 60 estímulos en formato blanco y negro que corresponden a diferentes categorías semánticas (anima- les, objetos, instrumentos, entre otros) y se solicita al sujeto nombrar los estímulos que se presentan por vía visual. Si la persona no logra denominar, se le puede entregar una clave semántica, si a través de la categoría aún no logra acceder al nombre, se le puede entregar una clave fonológica. Para cada respuesta el tiempo de espera es de 20 segundos. Existen diversas traducciones de esta prueba, en el caso del español, algunos de los estímulos debieron reemplazarse para ajustarlos de mejor manera a las diferentes culturas. Sin em- bargo, en su aplicación, aún existen estímulos que no se ajus- tan al vocabulario local, lo que evidentemente representa una limitación para la aplicación de esta prueba. Token Test (De Renzi & Faglioni, 1978; De Renzi & Vignolo, 1962) Esta prueba permite evaluar específicamente la comprensión del lenguaje oral a través del seguimiento de instrucciones de complejidad creciente. Posee dos versiones, una versión extensa creada por De Renzi y Vignolo en 1962 y una versión abreviada diseñada por De Renzi y Faglioni en 1978. Además, existe una traducción normada al español realizada por Ardila y Rosselli en 1992. Su versión extensa consta de 62 órdenes que aumentan en nivel de complejidad. Esta prueba utiliza estímulos geométricos de diferentes colores, lo que aísla la va- riable de familiaridad de los estímulos (Benson & Ardila, 1996). Se considera que esta prueba es altamente sensible en la de- tección de los trastornos de la comprensión auditiva, utilizán- dose no tan solo en trastornos del lenguaje de tipo afásico, sino también en otros trastornos cognitivos, como las demen- cias. CONCLUSIÓN La evaluación del lenguaje de una PcA debe contemplar una aproximación detallada para cada una de las modalidades lin- güísticas, para ello, el clínico tiene a su disposición una serie de tareas que le permiten explorar las habilidades de la per- sona. Entre dichas tareas, se encuentran las revisadas en este capítulo, las cuales otorgan al clínico la suficiente flexibilidad para adaptar los estímulos y procedimientos a las característi- cas particulares de cada persona, permitiendo -bajo un mode- lo de evaluación dinámica- conocer con detalle las alteracio- nes que subyacen al trastorno afásico. Lo anterior implica que el clínico debe contar con un profundo conocimiento del lenguaje humano y las habilidades que de este dependen, como también de los modelos que permiten explicar su funcionamiento. Dicha base teórica, permite al fo- noaudiólogo manipular diferentes variables (como frecuencia de uso, longitud, nivel de abstracción, etc.) para facilitar la de- tección de las alteraciones en una PcA, realizando los ajustes necesarios de acuerdo a su rendimiento lingüístico-comuni- cativo en particular. También existe una serie de instrumentos formales para la

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