Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

CAPITULO 7 / CONSIDERACIONES GENERALES PARA LA EVALUACIÓN DE LAS AFASIAS 42 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA recomendación de los autores utilizar una mezcla integrada de ambos tipos, tras un proceso de selección que dé cuenta de las particularidades de cada persona, su condición clínica y contexto. Considerando lo complejo que puede ser el proceso de eva- luación, especialmente para quienes se inician en el aborda- je de personas con afasia, este capítulo busca entregar los lineamientos generales para realizar un adecuado proceso. Para esto se abordarán los marcos conceptuales que lo so- portan, la descripción del proceso clínico y, las característi- cas que poseen las herramientas posibles de utilizar. Marcos referenciales para la evaluación de la persona con afasia Enfoques neuropsicológicos Tradicionalmente, los trastornos afásicos han sido frecuen- temente abordados desde dos enfoques neuropsicológicos diferentes. El primero corresponde al de neuropsicología clá- sica, cuyo propósito es determinar el desempeño de la per- sona en diferentes tareas lingüísticas -fluidez, denominación, repetición y comprensión auditiva, entre otras- permitiendo clasificar su rendimiento en alguno de los síndromes afásicos -fluentes o no fluentes-, y establecer el correlato topológico de la lesión cerebral con sus características lingüísticas (Cue- tos, 2018). Un problema de este enfoque es la clasificación que realiza de las PcA, las cuales agrupa en categorías con una amplia variabilidad, con marcadas diferencias no solo en as- pectos lingüísticos, sino que especialmente en sus caracterís- ticas comunicativas y funcionales. En respuesta a las limitaciones del enfoque anterior, y gracias a la modernización de las herramientas diagnósticas, surge el enfoque neuropsicológico cognitivo, el cual se propone como una alternativa para caracterizar a las personas con afasia. De este modo, la aproximación propuesta emerge de la conver- gencia entre la psicología cognitiva y la neuropsicología, con- texto en el cual la evaluación no tiene por objetivo estable- cer correlaciones entre el sitio de lesión y las características clínicas, sino que busca explicar las diferentes alteraciones en base a modelos de procesamiento del lenguaje, mediante el control y manipulación de una serie de variables lingüísticas que influyen en la ejecución de las diferentes tareas (Cuetos, 2018; Diéguez-Vide & Peña-Casanova, 2012). En este sentido, se puede afirmar que este enfoque funciona bajo la premisa de que el lenguaje corresponde a un sistema compuesto por diversos módulos, cada uno de los cuales se encarga de una tarea en particular. Clasificación internacional del funcionamiento, discapacidad y salud Indepediente del enfoque a utilizar durante el proceso de eva- luación, resulta siempre importante adecuar su implementa- ción tomando en consideración las premisas del modelo biop- sicosocial (Byng & Duchan, 2005; Criuce et al., 2003). A partir de este modelo emerge la CIF (OMS,2001), la cual establece cinco componentes: 1) funciones y estructuras corporales, 2) actividad, 3) participación, 4) factores ambientales y 5) facto- res personales; los cuales en su interacción (ver Figura 7-1) dan cuenta del estado de salud de una persona. Desde su aparición, la CIF se ha convertido en un marco con- ceptual para determinar la condición de salud en PcA, predo- minando en diversas investigaciones y siendo adoptada por muchos clínicos nacionales e internacionales. Se recomienda su uso para todos los procesos de evaluación que son parte de la intervención terapéutica, incluyendo aquella que es eje- cutada para determinar las características y necesidades de la PcA -antes de iniciar el tratamiento-, como todas las otras que son realizadas para establecer los resultados y efectos del tra- tamiento (Guo et al ., 2017; Ma et al ., 2007). La aplicación de la CIF (OMS, 2001) en PcA nos orienta como clínicos a considerar por igual los cinco componentes, recono- ciendo con ello la relevancia que cada uno tiene como deter- minante de su condición de salud, y sobre los cuales se deta- llan a continuación: • El componente de funciones y estructuras corporales en- fatiza en aquellas deficiencias que afectan al cerebro y las funciones cerebrales, particularmente las relacionadas con funciones mentales, como el lenguaje. • El componente de las actividades aborda la realización de una tarea o acción por parte de la persona, por tanto sus li- mitaciones corresponden a las dificultades para el adecua- do desempeño de una actividad, como lo son: escuchar, leer, escribir, hablar y/o conversar. • La participación contempla todo acto que la persona pue- de realizar para involucrarse en una situación vital. Al res- pecto, la CIF establece como restricciones a todos aque- llos problemas que pueden dificultar el involucrarse en un acto de participación en particular, como lo son: estable- cer relaciones con otros, interactuar de acuerdo a las reglas sociales, crear y mantener relaciones sentimentales, etc. • Los factores contextuales son el marco en que la persona viva, los cuales pueden impactar positiva o negativamente en su condición de vida. Incluye tanto factores ambienta- Condición de Salud Factores ambientales Factores personales Actividades Funciones y estructuras corporales Participación Figura 7-1. Componentes de la CIF (OMS, 2001). Se presentan los diferentes componentes de la clasificación de funcionalidad y cómo estos se integran.

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