Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia

CAPITULO 3 / AFASIAS FLUENTES 23 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA complejidad (González & Hornauer-Hughes, 2014a). La ejecución motora de la escritura se encuentra conservada, a menos que la persona sea diestra y presente una hemi- paresia braquial derecha. Si la persona debe hacer cambio de lateralidad, algunos aspectos motores y de trazos pue- den afectar su desempeño. B. Topografía de la lesión La lesión puede situarse en la circunvolución angular (AB 39) o segunda y tercera circunvolución temporal (AB 21 y 20) (Diéguez-Vide & Peña-Casanova, 2012; Vendrell, 2001). C. Ejemplo del desempeño del discurso oral a través de la descripción de la lámina 1 del Test de Boston. “...“Hay dos niños, uno está en un…sé que es pero no puedo... es...esto para subir, osea sentar, sentarse, un...silla, no, no es silla, pero se va a caer. La señora está lavando los platos pero se está cayendo... ay! se me olvidó…se cae...se cae, disculpe no sé...” Afasia de Conducción Este tipo de afasia también ha sido denominada afasia motora quinestésica o aferente, afasia central y afasia de conducción suprasilviana (Ardila, 2005). A. Características clínicas • Lenguaje expresivo: Fluente, moderadamente informati- vo, pueden presentar abundantes parafasias fonológicas, conductas de ensayo y error y aproximación con la inten- ción de reparar los errores fonológicos (Ardila, 2006). Los procesos de articulación y prosodia generalmente están conservados. Rinden sin mayor dificultad al emitir series automáticas, aunque en algunos casos, su rendimien- to puede verse afectado por los errores fonológicos. En estos casos requieren ayuda del examinador y su desem- peño puede mejorar considerablemente (González & Hor- nauer-Hughes, 2014a). Debido a la gran cantidad de erro- res fonológicos la repetición se encuentra severamente alterada, tanto para palabras como para oraciones. Se pue- den observar abundantes parafasias fonológicas, acompa- ñadas de conductas de aproximación y autocorrección. A este nivel las dificultades son moderadas. Cuando la per- sona ingresa al sistema semántico y logra acceder al léxico, falla en el traspaso hacia el nivel fonémico y procesamien- to fonético-fonológico, cometiendo parafasias que intenta reparar (Edwards, 2005). Estas dificultades se exacerban en palabras de baja frecuencia y larga metría, sin embargo, su desempeño puede mejorar con ayudas fonológicas. • Comprensión auditiva: Por lo general la comprensión del lenguaje se encuentra conservada. En algunos casos, las personas que presentan este tipo de afasia podrían evi- denciar dificultad en las estructuras morfosintácticamente más complejas (Ardila, 2005). • Lectoescritura: La lectura puede observarse mediana- mente alterada. Debido a los errores de procesamiento fo- nético-fonológico que se observan en este tipo de afasia, las personas pueden presentar paralexias fonémicas con abundantes conductas de ensayo y error y autocorreccio- nes. Los errores se hacen más evidentes en palabras de lar- ga metría y de estructura fonológica más compleja (Gon- zález & Hornauer-Hughes, 2014a). A nivel de comprensión lectora, podrían observarse algunas dificultades en textos de mayor complejidad gramatical y de baja frecuencia. La escritura podría verse severamente afectada debido a la gran cantidad de paragrafias grafémicas presentes en su discurso escrito (Goodglass et al ., 2001). B. Topografía de la lesión La lesión se localiza en la circunvolución supramarginal que corresponde al AB 40 y fascículo arqueado, este último, forma parte del fascículo longitudinal superior (Diéguez-Vide & Pe- ña-Casanova, 2012; Vendrell, 2001). C. Ejemplo del desempeño del discurso oral a través de la descripción de la lámina 1 del Test de Boston. “...unos niños, arriba de una sillo, sille, sill...ah! se me van las pa- labras ¿ve?...si...lla, silla, silla, arriba de una silla, se va a caer, se cayó...la ma...mamá, lave, lavo, lavo loza, se le cae el ago, agüe...” CONCLUSIONES Los trastornos afásicos de tipo fluente, son considerados como un grupo de alteraciones del lenguaje en la que se man- tiene una adecuada longitud del enunciado, con oraciones de 5 o más palabras, pero con una gran diversidad de errores y formas gramaticales y morfosintácticas. Se describe que en estos casos no existirían alteraciones en agilidad articulatoria ni línea melódica (Edwards, 2005). En varios de los cuadros fluentes se pueden observar una gran diversidad en cuanto al tipo de errores que pueden aparecer, lo que podría complejizar el proceso diagnóstico. En estos casos, los parámetros de repetición y lenguaje espontáneo podrían ser claves al momento de generar una hipótesis diagnóstica y/o diagnóstico diferencial. Para un buen proceso diagnóstico es fundamental una evaluación detallada de cada uno de los niveles del lenguaje, centrarse en el lenguaje del individuo en todos sus contextos, pero no sólo eso, sino ampliar el estudio de las alteraciones del lenguaje a través de la investigación. Si bien la clasificación descrita obedece a la corriente neurop- sicológica, es importante señalar que existe al menos un 20% de los trastornos afásicos que no logran ser clasificables en esta categoría. La gran diversidad sintáctica y gramatical, en el caso de las afasias de tipo fluente, sumado a las estrategias de compensación de cada persona, hacen sumamente complejo el proceso diagnóstico (Pasuy et al ., 2013). La observación clínica y la destreza en el proceso evaluativo son fundamentales para poder determinar el tipo de afasia que presenta la persona; así mismo, el proceso evaluativo es trascendental para el eventual proceso terapéutico. Este proceso debe considerar las variables propias del sujeto y de su entorno, el lenguaje previo al daño cerebral y las moti- vaciones que tenga la PcA y su red de apoyo. Estas considera-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=