Manejo fonoaudiológico de la persona con afasia
CAPITULO 17 / TELEREHABILITACIÓN EN PERSONAS CON AFASIA 115 MANEJO FONOAUDIOLÓGICO DE LA PERSONA CON AFASIA información y en qué formato. Esto trae como consecuencia la necesidad de asegurar la privacidad y acceso controlado de la información almacenada en dispositivos o medios de almace- namiento seguros (Meredith et al ., 2013). Por otra parte, el uso que se debe dar a la información digital almacenada debe res- tringirse a lo expresamente indicado y autorizado mediante el consentimiento informado. Por último, es necesario informar al médico tratante o a los profesionales de salud que realicen seguimiento, respecto al rendimiento lingüístico u otros detalles relevantes de la condi- ción de salud a la fecha. El medio por el cual se entregue dicha información debe resguardar la confidencialidad y seguridad de los datos de la persona. En aquellos casos donde sea estrictamente necesario registrar mediante audio o video parte de la sesión, se debe pedir au- torización al participante, mediante un consentimiento infor- mado, especificando las razones por las cuales es necesario el procedimiento y el uso que se dará al material. El consenti- miento debe ser guardado, en forma verbal, escrita o median- te grabación digital. Evidencia de telerehabilitación en afasia La Medicina Basada en la Evidencia, corresponde a la toma de decisiones respecto al cuidado de las personas, mediante “el uso consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia disponible” en base a la investigación sistemática (Sackett et al . 1996). Esta práctica reduce la incertidumbre ( Evidence-Ba- sed Medicine Working Group , 1992) al integrar la experiencia clínica con la información obtenida de la investigación clínica de calidad (Sackett & Rosenberg, 1995). Las decisiones clínicas basadas en evidencia incluyen, entre otras, el diagnóstico, la selección de tratamiento, la determinación del costo-bene- ficio y el establecimiento de un pronóstico, requiriendo del análisis crítico de la evidencia empírica, su validez y aplicabili- dad (Sackett & Rosenberg, 1995). Este concepto, ampliado a la atención en salud como Prácti- ca Basada en Evidencia (PBE), es la principal fuente en la ela- boración de Guías de Práctica Clínica a cargo de expertos. El establecimiento de guías de práctica clínica y protocolos de intervención corresponde a una herramienta fundamental para asegurar una atención de calidad (Fernández-Llatas et al ., 2013). Un elemento relevante dentro del marco de la PBE es el uso de sistemas de clasificación del nivel de evidencia de las in- tervenciones. Entre ellos, el sistema GRADE ( Grading of Re- commendations, Assessment, Development and Evaluation ), considera niveles de evidencia en base a la calidad de la in- formación disponible y la confianza en el logro de un efecto esperado, estableciendo grados de recomendación de prácti- cas y procedimientos (Aguayo-Albasini et al ., 2014; Manterola et al ., 2014). Este y otros sistemas de clasificación del nivel de evidencia se utilizan habitualmente en la elaboración de guías clínicas, como base para establecer la fuerza de las recomen- daciones de procedimientos para el abordaje de condiciones de salud específicas. Actualmente, no se cuenta con protoco- los de abordaje de la afasia mediante TR o con un análisis de los efectos de la TR en afasia utilizando el sistemas de grada- ción de niveles de evidencia. Lo anterior pone de manifiesto uno de los desafíos de la TR en afasia: la creación de protocolos específicos de abordaje. Con- tar con protocolos específicos permite estandarizar el abor- daje clínico de una condición de salud en base a la evidencia existente (Gogia, 2019). El establecimiento de un protocolo permitiría entregar las directrices necesarias para optimizar la atención fonoaudiológica, considerando las características específicas de la persona y del cuadro afásico. Por otra parte, la utilidad de la existencia de protocolos de prevención centra- dos en la persona en telesalud ha sido discutida en la literatu- ra como una herramienta que no sólo facilita el seguimiento, sino que puede promover la conducta activa de la PcA respec- to a su cuidado (Fernández-Llatas et al ., 2013). Se ha propues- to la inclusión de modelos probabilísticos en estos protocolos, para la optimización de la atención en telesalud, que tomen en consideración los datos de la persona, en conjunto con va- riables estadísticas basadas en la evidencia, incrementando la efectividad de la atención a distancia (Fernández-Llatas et al ., 2013). Estos niveles de implementación son probablemente el futuro de la telerehabilitación en PcA. La práctica clínica a distancia en afasia ha sido objeto de in- vestigación en los últimos años. A la fecha, varios intentos de implementación han sido llevados a cabo con éxito en el abor- daje de las alteraciones del lenguaje (Zhou et al ., 2018). Entre noviembre y diciembre de 2012, una revisión sistemática ana- lizó los resultados de estudios que incluyeran el abordaje de PcA, con resultados vinculados a la evaluación o implementa- ción de acciones de intervención en lenguaje en forma remota (Hall et al ., 2013). El estudio abarcó 26 publicaciones en inglés, de las cuales 10 se incluyeron en el análisis. La metodología de implementación usada en estas investigaciones incluyó el uso de videoconferencias en formato sincrónico, el uso de aten- ción telefónica o una combinación de atenciones en distancia a tiempo real en conjunto con atenciones presenciales. Al- gunos de los estudios analizados no encontraron diferencias significativas en la efectividad de las intervenciones tanto me- diante videoconferencia como telefónicas, comparadas con los resultados obtenidos mediante la atención presencial. Los hallazgos de esta revisión sistemática revelaron la viabilidad y efectividad de la atención a distancia para el diagnóstico e intervención de personas con afasia (Hall et al ., 2013). La viabilidad técnica de la atención fonoaudiológica a distan- cia, desde la implementación tecnológica, fue evidenciada mediante una revisión realizada en 2014 (Keck & Doarn, 2014). El estudio contempló la atención en personas con cáncer de cabeza y cuello con alteraciones de la comunicación, atención en personas con traumatismo encefalocraneano, screening fo- noaudiológico, abordaje de la fluidez, alteraciones de la voz, articulación, disartria, apraxia del habla, disfagia, alteraciones de la comprensión y expresión del lenguaje, trastorno cogniti- vo-comunicativo y afasia. El 77% de los 26 estudios analizados utilizó un abordaje híbrido (sincrónico y asincrónico), el 19% utilizó un abordaje sincrónico y el 4%, asincrónico. La revisión concluyó que la mayoría de los problemas técnicos se produ- cen en la modalidad sincrónica mediante videoconferencia, siendo adecuado el uso de modalidad mixta para compensar
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