Manual para cuidadores de niños menores de 6 años con parálisis cerebral infantil
El cambio, desde que Emilia inició el tratamiento, fue realmente increíble, sus movimientos cambiaron de una forma indescriptible. Como padres, desde que nos enteramos del impactante diagnóstico de nuestra pequeña, se transformó en algo cotidiano el que ella no generara movimientos, lo que para la mayoría de los niños es considerado dentro de los parámetros como algo normal. No movía sus manitos ni las abría, su cabecita no se afirmaba y su cuerpo siempre estaba en la misma postura. Cuando inició el tratamiento kinésico, conocimos la terapia Vojta. En su primera sesión tenía un poco de miedo, ya que la terapia es un poco invasiva, frente a mis ojos era algo impactante ver como la tomaban observando su cuerpo tan frágil y pensar que podría quebrarse algún huesito. En algunas ocasiones lloré, pero no dejaba que ella lo notara. Cuando comencé a notar cambios, mi actitud fue cambiando junto a la de ella. Los cambios maravillosos que iba haciendo eran perceptibles a simple vista; abría sus manos, su cabeza lograba afirmarse sin ayuda. Ahí comprendí que con la ayuda de las terapias y el apoyo de la familia, ha logrado ser cada día una niña más maravillosa de lo que ya es. Carla, mamá de Emilia. Mi experiencia
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=