Sistematización Jornadas sobre Perspectivas de Género en la Educación Superior

50 produce una habilidad disminuida para la empatía y la responsabilidad por la emocionalidad de las otras personas. 6) Olla psíquica a presión: Esta socialización de la masculinidad genera que numerosas emociones naturales sean descartadas como fuera de límites e inválidas. Aunque esto tiene una especificidad cultural, es bastante típico que los niños aprendan, a una temprana edad, a reprimir sentimientos de temor y dolor. Aunque este último ha cambiado en los últimos años, en algunos espacios se continúa celebrando una masculinidad estoica, y para muchos hombres, la única emoción que goza de alguna validación es la ira. De nuevo, la violencia se convierte en el medio para probar la masculinidad ante sí mismo y ante otros. 7) Experiencias pasadas, personales - sociales: Demasiados hombres en el mundo crecieron en hogares donde la madre era golpeada por el padre, y si bien no siempre esto se reproduce, existen patrones de violencias que implican modos legítimos de relacionarse. En muchas culturas, los niños crecen con experiencias de peleas, de hostigamiento y brutalidad. La mera sobrevivencia requiere, para algunos, aceptar e interiorizar la violencia como una norma de conducta. Si bien en los últimos 20 años ha habido un cambio importante en la crianza de los niños y niñas y gracias a los movimientos feministas cada vez más personas reflexionan y actúan sobre estas prácticas y las creencias sexistas, es posible, que a pesar que en los entornos de mayor capital cultural la violencia en la infancia sea un problema en retroceso o con otras manifestaciones menos físicas, no ocurre lo mismo en todos los sectores sociales, y no es para nadie desconocido que las escuelas pueden ser espacios de mucha violencia, especialmente para niñas y niños que desafían el mandato de la masculinidad. Para erradicar la violencia se debe derrocar el sexismo y las escuelas tienen un deber en la formación en educación sexual integral desde la infancia. También en nuestras pautas de vinculación con niños y niñas podemos poner atención a los estereotipos de género y evitar prácticas sexistas en la socialización de la masculinidad de niños y niñas, por ejemplo: ● No asumir que todos los niños son heterosexuales, o atribuir “coquetería” a las conductas amables de las niñas. ● Permitir la expresión y reconocimiento de todas las emociones. Educar sobre las emociones, la importancia de reconocerlas y comunicarlas. ● Incentivar la práctica de distintos deportes, y en esto las escuelas deben ser motor de la educación no sexista. ● Hay que reconocer que todos/as hemos sido educados con algún grado de sexismo, por tanto, hombres y mujeres lo reproducimos. Y si bien el varón se ha beneficiado históricamente de este orden social, el problema es el sexismo, ¡no los hombres!, por lo cual la responsabilidad de cambiar las relaciones de género es de todos, todas y todes. 5.2 Erradicar el sexismo a través de un lenguaje inclusivo En español, el género gramatical se manifiesta en los sustantivos, adjetivos, artículos y algunos pronombres. En los sustantivos y adjetivos existe únicamente el morfema de género

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