Sistematización Jornadas sobre Perspectivas de Género en la Educación Superior

25 “Aceptamos la premisa social de que la monogamia no es una cuestión de elección o preferencia, sino algo «natural» o incluso una fuerza «supernatural» en sí misma; una mezcla de física y magia. Simplemente se trata de lo que «ocurre de forma natural» en las «buenas» relaciones y cómo «se supone que deberían ser» .” (Etxebarría, 2016, p.89). Para nuestra sociedad, la relación estable y monógama tiene valor social, y posiciona a las personas como adulta, deseable y respetada. Y comúnmente, el no tener una relación monógama les define como una persona inmadura, defectuosa, dañada, o egoísta, no merecedora de confianza y, posiblemente, incluso peligrosa. Aun cuando la monogamia supone lo “bueno”, en la mayoría de los casos es una ilusión y frecuentemente existen engaños e infidelidades en este tipo de relaciones. Con esto no se quiere negar que muchas personas que escogen la monogamia son felices y satisfechas viviendo en matrimonios/relaciones monógamas permanentes o en secuencia (Etxebarría, 2016). Al ser la monogamia la forma hegemónica y validada por la sociedad, trae consigo el reconocimiento y apoyo social y legal; expresado en matrimonios, pensiones, seguros de vida, de salud, incluso ofertas de viajes o planes telefónicos y por tanto un nivel de seguridad y estabilidad que otros enfoques alternativos no tienen. Diversidad sexual: Conceptualización que aparece en el horizonte de las luchas de las políticas sexuales a comienzos del milenio, por parte de organizaciones sociales y activistas que participan activamente por la visibilización y legitimación de las identidades LGBT (lésbicas, gays, bisexuales, trans). Podríamos decir que la agenda de derechos humanos del nuevo milenio se caracteriza por la demanda de reivindicación y reconocimiento a los derechos de la diversidad (diversidad de culturas, etnias, pueblos, y también sexualidades). Habitualmente este concepto funciona como “paraguas” para referenciar bajo su nombre a identidades, sexualidades y géneros que, históricamente, han sido estigmatizados. Su uso, entonces, es político. La diversidad sexual se inscribe en una dimensión más abarcativa: la sexualidad, y en este sentido, representa a la humanidad (Pedrido-Nanzur, 2017). 2.1 Conceptos relevantes en las diversidades en materia de género. Un aspecto relevante que la perspectiva de género introduce es el reconocimiento de la diversidad en la sexualidad, y el reconocimiento de ciertas formas de ser y sentir que son más válidas que otras en culturas como la nuestra, donde las ideologías hegemónicas son el binarismo sexo-genérico , la heterosexualidad y la monogamia . Para la Organización Mundial de Salud Sexual (World Association for Sexual Health, 2009) la sexualidad es un “aspecto fundamental de la condición humana, presente a lo largo de la vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La sexualidad se vivencia y se expresa por medio de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, funciones y relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se vivencian o expresan siempre. La sexualidad recibe la influencia de la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, así como religiosos y espirituales”. Por tanto, cuando hablamos de sexualidad no solo se refiere al acto coital, o a las identidades de género, sino todo lo anterior y las relaciones o vínculos que establecemos con otros/as en un contexto histórico determinado.

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