Sistematización Jornadas sobre Perspectivas de Género en la Educación Superior

19 ○ Por lo anterior se impulsan los temas de paridad, para ir igualando la participación de hombres y mujeres en las decisiones políticas. 1.2 El Género como mecanismo de construcción de inequidades. Género no es sinónimo de mujer ni de feminismo, sino que es uno de los ejes primarios sobre los que se organiza la sociedad y la vida social. Por tanto, es una categoría articuladora del análisis, que nos muestra cómo dos funciones complementarias en la economía tienen distinto peso social. Por ejemplo, si analizamos el rol del trabajo, veremos que hay inequidades en el ámbito laboral atribuidas a los roles de género. Para comprender esta construcción de inequidades es importante diferenciar el trabajo reproductivo y productivo. ● Trabajo reproductivo : Se refiere a las actividades de cuidado y tareas domésticas. No es remunerado y se considera fundamental para el funcionamiento de la economía, pues reproduce y mantiene la fuerza de trabajo, no obstante, es desvalorizado socialmente, sobre todo en economías de tipo capitalistas. ● Trabajo productivo : Corresponde al trabajo remunerado, y tiene mayor valoración ya que está asociado a la elaboración de mercancías o capital. Históricamente ha sido realizado por hombres, pues se les ha atribuido el rol de proveedores. Si bien con el paso de las décadas las mujeres han logrado ser partícipes en el trabajo productivo, lo han hecho reproduciendo los roles relacionados al cuidado del colectivo humano, como, por ejemplo, el servicio, cuidado, educación de niños, niñas y personas en situación de dependencia. En la organización social es esperable que, a lo largo del ciclo de vida, las horas semanales promedio trabajadas remuneradamente sean pocas al principio de su ciclo, aumentando progresivamente, hasta alcanzar un nivel alto y relativamente permanente en la etapa productiva-reproductiva (adultez media), para finalmente disminuir las horas y casi desaparecer del mercado laboral hacia al final del ciclo. Para la contabilización del trabajo remunerado se considera el tiempo semanal de trabajo en la ocupación y actividades relacionadas, y para la contabilización del trabajo no remunerado se considera el tiempo para autoconsumo de bienes, labores domésticas y de cuidados no remunerados para el propio hogar o para apoyo a otros hogares, según la Clasificación de Actividades de Uso del Tiempo para América Latina y el Caribe (CAUTAL) (CEPAL, 2016). Si analizamos las horas promedio de trabajo remunerado y no remunerado diferenciadas por sexo en Chile para el año 2015 (Gráfico 1), podemos ver que, si bien en ambas curvas se presenta el patrón esperado para el trabajo remunerado, no ocurre igual con el trabajo no remunerado, pues el cuidado y los roles domésticos son más bien constantes en todo el ciclo de vida, para ambos sexos. Al comparar el promedio de horas, las mujeres desempeñan menos tiempo de su vida en el trabajo remunerado, más horas de trabajo no remunerado y más horas promedio total de trabajo en relación con los hombres, especialmente en el tramo de 26 a 40 años.

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=