El ABC en imágenes de rodilla

Universidad de Chile El LCM se visualiza mejor en imágenes coronales y axiales, donde aparece como una estructura de baja señal en todas las secuencias. En las secuencias sensibles a líquido, puede identifcarse una banda de señal intermedia-alta entre las capas superfcial y profunda del ligamento que corresponde a la bursa intraligamentaria o bursa del LCM, y no debe confundirse con rotura. La lesión aislada del LCM es poco frecuente, y afecta generalmente su inserción proximal en el cóndilo femoral (Figura 8a) . Las lesiones grado II y III se asocian frecuentemente con contusiones óseas en el cóndilo femoral o platillo tibial externos, y derrame articular que puede extravasarse en caso de rotura capsular. Uno de los signos a buscar en lesiones de alto grado del LCM es la extrusión meniscal, defnida como el desplazamiento patológico del menisco en más de 3 mm desde el centro del borde tibial medial. Esto es atribuible a rotura de los ligamentos menisco- femoral y menisco-tibial, y se asocia a mayor sintomatología dolorosa del paciente 3 (Figura 8b) . En la fase de cicatrización de lesiones del LCM es frecuente observar engrosamiento o discreta redundancia de tejido ligamentario, sin embargo, esto no se correlaciona con laxitud o inestabilidad, y solo representa reemplazo por tejido cicatricial. La calcifcación u osifcación de un hematoma secundario al desgarro de la inserción proximal del LCM se conoce como enfermedad de Pellegrini-Stieda. En RX se observan pequeños acúmulos de calcio pero que pueden pasar inadvertidos en RM. Sin embargo, cuando se produce osifcación de la lesión, se hace evidente en RM, especialmente en secuencias T1 debido al desarrollo de médula ósea (Figura 9) . 99 Figura 8. Rotura del LCM adyacente a su inserción femoral. En a) rotura del LCM adyacente a su inserción femoral (fecha recta). En b) rotura completa del LCM (fecha curva) que incluye las fbras del componente profundo menisco-femoral (cabeza de fecha), y determina leve extrusión meniscal.