Didácticas (in)visibles

D el R econocimiento al A prendizaje | 127 dante que requiere de una solvente metodología de trabajo, la que ayudaría al estudiante no solo a entender la materia, sino que, a comprender su propio proceso de aprendizaje, lo que implica a su vez otro proceso fundamental: la supera- ción constante a la frustración y al fracaso. De acuerdo a esto sería pertinente desde mi lugar como actor, hacer un paréntesis y relacionar las artes escéni- cas con este último proceso mencionado, ya que, de alguna manera el ensayo de una obra es la expresión viviente del fracaso y la frustración. ¿Cuántos nos habremos golpeado la cabeza contra una pared por no entender la indicación desde la dirección? ¿Cuántos no han “desechado” cantida- des de horas pensando y desarrollando un trozo de escena, secuencia, cuadro o como queramos llamarlo, para final- mente caer en la oscura resignación tras los constantes intentos fallidos? Procesos necesarios, desde mi punto de vista, para llegar a buen puerto con la puesta en escena. Es precisamente en ese momento en donde muchas veces se encuentra el enriquecedor y sutil lugar del aprendizaje tea- tral. En pocas palabras, la analogía propuesta entre las artes escénicas y la pedagogía radica principalmente en ese proceso invisible de aprendizaje, previo a cualquier estreno o evaluación cuantitativa. Para estos efectos resultaría útil hacer mención a nuestra participación en el Taller de Acro- bacia realizado en el Proyecto Vidas (In)visibles el año 2018. Taller que se realizó junto a los estudiantes del Liceo Her- bert Vargas Wallis durante cuatro meses, y que tuvo como premisa el desarrollo de destrezas en base al vértigo y al riesgo. El enfrentamiento a estos conceptos en el taller se

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