Cien propuestas para el país que queremos: diálogos al alero de la Universidad de Chile
53 desarrollo tores exportadores más importantes, sino el surgimiento de nue- vas industrias en el sentido amplio del término. Junto con esto, el desarrollo se ha reducido a impulsar el crecimiento económico, lo cual afecta la forma en que se piensa el aporte de la investigación y el fomento de la innovación, limitando el aporte que puede hacer la generación de conocimiento en las ciencias exactas y naturales, las ciencias sociales, humanidades y artes al desarrollo nacional, desde una perspectiva de bienestar multidimensional y ampliando los alcances de la innovación hacia lo social y cultural. La debilidad de las políticas de desarrollo productivo evidencia que en Chile no se han logrado consensos en torno a un aspecto fundamental del crecimiento y el desarrollo. Las políticas públicas en materia de vivienda, educación, salud, trabajo, ciencia y cultura han privilegiado por un largo tiempo un enfoque individualista, descuidando así una mirada colectiva, dejando de lado el sentido de comunidad. El Estado y la sociedad civil no han sido capaces de responder y atender a los más desfavorecidos, en especial a los niños más vulnerables, pero también a los adultos con menos re- cursos y capacidades. El desarrollo que esperamos Sin descuidar la importancia del progreso material asociado al cre- cimiento económico, es necesario adoptar un paradigma que per- mita incorporar las múltiples dimensiones del desarrollo. Como muestra la evidencia, el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para superar la pobreza y mucho menos reducir desigualdades y discriminaciones. Tampoco ha sido suficiente el crecimiento económico para permitir la parti- cipación de ciudadanos y comunidades en las decisiones que afec- tan su bienestar. Este crecimiento no ha logrado reducir las per- sistentes brechas de género y la precarización laboral y ni siquiera
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