Cien propuestas para el país que queremos: diálogos al alero de la Universidad de Chile

172 cien propuestas para el país que queremos el desarrollo y adquisición de habilidades, capacidades, actitudes, aptitudes, intereses y conocimientos. Dichos mecanismos deben estar acompañados además de herramientas que les permitan co- nocer, reconocer y ser sensibles a su singularidad y a su contexto. Concebida de esta forma, la educación debe formar personas libres, íntegras, reflexivas, creativas y autónomas, capaces de actuar y desarrollarse de manera responsable, tanto respecto de sus accio- nes como de sus decisiones; es decir, personas felices y autónomas, en cuyo actuar prima el bien común. Esta es la base de una so- ciedad no solo más democrática, justa e inclusiva, sino con mayor potencial de progreso en su sentido más amplio. Es necesario pensar y vivir la educación y el sistema educati- vo. Este debe ser un elemento central en el diseño, articulación y evolución no solo del modelo de desarrollo, sino de la convivencia nacional. La educación proyecta los horizontes, contenidos y for- mas de nuestro desarrollo y nuestra convivencia, los que, a su vez, de manera recíproca imponen las urgencias, desafíos y también los límites de nuestra educación. La institucionalidad debe asegurar que esta dialéctica sea porosa a la realidad social y dé lugar a un progreso inclusivo, equitativo y democrático. Si bien existen algunas definiciones con elementos teóricos a considerar, es necesario identificar los mecanismos reales que per- mitan transformar estas declaraciones en realidades. 1 Por ello, urge 1 Dentro de las definiciones que conceptualmente contienen algunos aspectos relevantes están el artículo 2 de la Ley General de Educación (Ley 20 370) y el artículo 29 de la Convención sobre Derechos del Niño de Naciones Unidas. El artículo 2 de la Ley General de Educación señala: « La educación es el pro- ceso de aprendizaje permanente que abarca las distintas etapas de la vida de las personas y que tiene como finalidad alcanzar su desarrollo espiritual, ético, mo- ral, afectivo, intelectual, artístico y físico, mediante la transmisión y el cultivo de valores, conocimientos y destrezas. Se enmarca en el respeto y valoración de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, de la diversidad multicul- tural y de la paz, y de nuestra identidad nacional, capacitando a las personas para

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