Cien propuestas para el país que queremos: diálogos al alero de la Universidad de Chile

125 territorio Finalmente, desde la planificación el foco ha estado puesto en las ciudades y muy poco en pueblos y zonas rurales, que parecieran quedar al arbitrio del primero que quiera intervenir. Además de las desigualdades y problemas de movilidad para la población que ha- bita en estas zonas, esto ha generado la pérdida de entornos natura- les y construcciones patrimoniales, el surgimiento de plantaciones indiscriminadas, la aparición de zonas residenciales mal ubicadas, entre otros aspectos que merman al bien común. Una planificación territorial completa e integrada debiese considerar el resguardo de la naturaleza y de los derechos de movilidad entre sus pilares. —ESPACIOS PÚBLICOS En Chile existe una noción distinta de lo que en otros lugares se entiende por lo público. En nuestro país el sentido de lo público es aquello que no es de nadie, lo que impide la planificación, el diseño y la puesta en valor del espacio público y el sentido de bien común. Pareciera que el espacio público estuviera permanentemente en pe- ligro ante amenazas como el uso exacerbado de automóviles (que fomenta la construcción de infraestructura vial), la desigualdad de ingresos entre los distintos municipios, el desconocimiento de la ciudadanía en su cuidado y defensa, entre otros. Esto ha llevado a cerrar espacios públicos por temas de seguri- dad, falta de gobernanza o de interés. Entre estos espacios se con- sideran también los naturales, como las montañas, los bosques y los mares: ¿cómo se garantiza que estos espacios puedan ser apro- vechados de forma efectiva por la ciudadanía en su conjunto, fa- cilitando su acceso y reconocimiento, más allá de los criterios de propiedad? Esta realidad se complejiza aún más al comparar las brechas entre distintas localidades, o bien, entre los espacios ur- banos y rurales. ¿Con qué espacios públicos (y de qué calidad) se cuenta en las zonas rurales?

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