Reanimación neonatal: aprendiendo interactivamente
31 REANIMACIÓN NEONATAL Capítulo 3 / Pasos iniciales de la Reanimación placentaria, por lo que al nacer se activa por primera vez el sistema termorregulador en el ser humano. La rapidez y cantidad de calor que pierde el neonato, es proporcional al gradiente de temperatura entre éste y el ambiente en el que se encuentra, por lo que, para disminuir el riesgo de hipotermia y estrés por frío, se recomienda una temperatura ambiental en sala de partos entre 24 a 26 °C (3) y recibir al neonato en paños tibios, junto con un secado y abrigo oportuno (4). Debe existir un énfasis en secar la cabeza, ya que es la zona donde el neonato pierde más calor, ya que esta porción corporal corresponde a un tercio del cuerpo en este momento. 2. Posición La posición del neonato es vital para mantener la vía aérea abierta y facilitar la entrada de aire. Para evitar la hiper- extensión o flexión del cuello, ayuda a mantener la posición correcta un rollo o almohadilla bajo los hombros (7), como se muestra en la figura 3-5. 3. Aspiración de secreciones Este procedimiento no se debe realizar de rutina (5) solo es necesario aspirar secreciones de la vía aérea cuando el neonato no respira o presenta secreciones abundantes, teñi- das de meconio, o bien cuando el tono muscular está disminuido y se sospecha que puede necesitar ventilación a presión positiva. Después de posicionar al neonato, si es necesario eliminar secreciones de la vía aérea, se debe aspirar primero la boca y luego la nariz. De esta forma, no se estimula el reflejo de aspiración. El procedimiento consiste en lateralizar la cabeza del recién nacido, para que las secreciones se acumulen en la mejilla, y luego aspirar en forma suave y breve con una pera de goma o con aspiración central con una presión entre 80 a 100 mmHg. El tamaño de la sonda depende del peso del neonato y se introduce solo 4 a 5 cm. 4. Secado Para disminuir la pérdida de calor en el neonato, el secado se realiza con paños limpios y tibios, en sentido cefalocaudal. Considerar la importancia de este procedimiento por las siguientes consideraciones fisiológicas: • El gran gasto energético por evaporación. • El proceso físico de transferencia de calor: a mayor super- ficie de contacto, mayor transferencia de calor. • La alta relación superficie-volumen que presenta el recién nacido, correspondiendo a la cabeza la mayor superficie expuesta. 5. Estimular Consiste en frotar, en forma suave, el dorso y las plantas de los pies. Si el neonato ha estado expuesto por corto tiempo a alguna alteración del intercambio gaseoso, este estímulo bastará para iniciar la respiración. Se debe considerar que la estimulación muy prolongada, el aumento de la intensidad del frotado o sacudir al recién nacido no ayuda al inicio de la respiración, por el contrario, puede producir daño. Si el neonato presenta un deterioro prolongado del intercambio gaseoso, no responderá al estímulo, por lo que será necesario realizar ventilación a presión positiva. 6. Cambio de paños (8) Retirar el paño húmedo y dejar al neonato en uno seco para mantener la temperatura del neonato en rangos fisiológicos, es decir, entre 36,5 a 37,5 °C axilar o rectal. 7. Reposición de vía aérea Después de secar y estimular al neonato, se pierde la posición que favorece la apertura de la vía aérea, por lo que es necesario volver a posicionar al neonato en línea media, con la cabeza hacia el operador, el cuello ligeramente extendido y una almohadilla o rollo bajo los hombros, para mantener en posición la vía aérea (7). 8. Evaluación del esfuerzo respiratorio y frecuencia cardiaca La valoración de la respiración y la frecuencia cardíaca del neonato, una vez aplicados los pasos iniciales, determina la conducta a seguir. La respiración se valora observando el esfuerzo respiratorio del recién nacido: la respiración espontánea o el llanto vigoroso indican buen esfuerzo respiratorio y el neonato Figura 3-5. Posiciones posibles del neonato para despejar vía aérea. La figura Amuestra una hiperextensión del cuello lo que es incorrecto, en cambio, la figura B muestra un correcto posicionamiento del neonato (posición de olfateo). En esta postura se alinean los ejes oral, faríngeo y laríngeo del neonato. La figura C muestra una hiperflexión del cuello lo que también es incorrecto. Ilustración de Felipe Tapia.
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