Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

96 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 no tenís como cabida en otro tema y yo creo que eso es súper importante porque pasa tanto fuera como dentro de las mismas organizaciones, como que, por el hecho de ser joven, te tenís que ir abriendo espacio. ( Joven mujer secundaria, Colectivo Sexo-Político y Derechos Humanos) A partir de lo anterior, se despliega el concepto de adultocentrismo, que, según Duarte (2016), permite analizar modos de organización social en los que existen relaciones de dominio entre aquel grupo que se ha denominado como adulto y aquellos que son considerados como minoridad, que sería el grupo juve- nil. Así, en palabras del autor, el adultocentrismo “condensa, en tanto categoría, relaciones de poder de quienes portan la mayoridad sobre otros/as sin poder” (p. 44). Esta forma de analizar y mirar la realidad social no solo se queda en el des- pliegue de relaciones de poder, sino que también apunta al desarrollo de distin- tos procesos económicos y políticos que tienen un carácter institucional y que organizan y permiten la reproducción social con múltiples mecanismos, dejando entrever que existen accesos y clausuras para acceder tanto a bienes como tam- bién al poder de decisión y adquisición. Sin embargo, el adultocentrismo como categoría de análisis no solo se queda en esto, sino que, además, “produce unos modos de gestión de las corporalidades y sexualidades de las personas de acuerdo a la posición que se les otorga en las estructuras del ciclo vital” (Duarte, 2016: 45). Los discursos juveniles dejan en evidencia la idea de que el lente adulto- céntrico permite ver cómo se produce y opera una matriz sociocultural donde lo adulto aparece como una meta a la cual llegar, además de poseer los adjetivos como valioso o potente, en desmedro de la etapa juvenil, que apunta a la subor- dinación y al camino transitorio para llegar a la adultez. Siguiendo con el análisis de las organizaciones, se agrega un colectivo de jó- venes raperos de la zona sur de Santiago, los que hacen una crítica profunda al actual modelo neoliberal. Este colectivo reúne múltiples características relatadas en una investigación de Moraga y Solorzano (2005), quienes develan cómo la cultura hip-hop se expande con un espíritu liberador de conciencia y con prácti- cas propias y conscientes. En este sentido, el hip-hop se despliega como una cul- tura en la cual se rechaza el contexto actual, además del notorio adultocentrismo que atenta contra su propia estética y finalidad, dado que el hip-hop no solo pone en escena el canto o la lírica consciente, sino que también la estética de un cuerpo politizado y de ramas, como el grafiti o el baile, que apuntan también a generar resistencias a ese adultocentrismo y a la cultura neoliberal imperante (Moraga y Solorzano, 2005). Fundamental resulta la idea de que dentro del mundo del hip-

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