Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

90 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 4. Reflexiones finales para abrir la discusión En este capítulo, expuse sobre la relación entre movimiento social y educación, a partir de cómo lxs jóvenes organizados en barrios populares, que se dedican a labores culturales y educativas, construyen sus marcos de acción colectiva, es decir, esquemas que permiten a lxs actores movilizarse. Siguiendo esta perspec- tiva teórica, y a la luz de los resultados obtenidos en mi investigación, lxs jóvenes producen conocimiento, saberes para la acción que podemos considerar como educativos. Esto significa que ellxs tienen una capacidad de reflexividad al juzgar con criterios morales las situaciones de dominación naturalizadas, y resolverlas auto- gestionariamente, a través de actividades y programas que tienen a lo educativo y cultural como eje estructurante, en primer lugar. En segundo lugar, porque lxs jóvenes tienen la capacidad para indagar, descubrir y comunicar experien- cias significativas para la construcción de una memoria colectiva articuladora de sentidos que los movilizan, centrada en nudos propios de la población, cuestión que genera un sentido de pertenencia territorial que posibilita la construcción de una identidad. En tercer lugar, la capacidad de agencia y la concepción de cambio social que se aprende al movilizarse, porque contiene en sí mismo una capacidad formativa, por cuanto el interactuar y compartir experiencias de lucha y organización genera saberes para la lucha, que se incorporan en ellxs y se traen a colación en los distintos aspectos de la vida, ya sea a nivel local o individual. De todo esto podemos inferir que los marcos de acción colectiva de jóvenes organizados en barrios populares están inscritos territorialmente. Esto quiere decir que el territorio es un eje transversal, en primer lugar, porque perciben que sus problemas más sentidos por los cuales se organizan suceden en su barrio. Además, en segundo lugar, la identidad que ellxs construyen se forma en torno a la gestión de la memoria en términos territoriales, centrada en las acciones colec- tivas que estructuraron el barrio. En tercer lugar, estos jóvenes, si bien participa- ron del ciclo de movilización estudiantil de los años 2000 en sus establecimien- tos educativos, estos vertieron esos aprendizajes hacia su barrio, promoviendo cambios a nivel personal y colectivo. Para finalizar, y como ejercicio de autocrítica, quizá un asunto por conside- rar es que no explicito una mirada crítica al quehacer de estas organizaciones, que podrían evidenciar limitaciones o debilidades en su accionar, y que, de ser señalados en los resultados de mi investigación, les podría aportar a ellas renovar sus modos de acción política. Igualmente, y pensando en las aperturas para un debate a largo plazo del activismo juvenil en el Chile contemporáneo, ¿cuáles po-

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