Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Lo político en disputa. – 49 de manera de no entrar en lógicas de enemigos. En ese sentido, un concepto que ilumina es la idea de “agonismo”, en donde se aprecian posiciones diferentes, que están en conflicto (desde espacios irreconciliables incluso), pero existe un verdadero reconocimiento por la diada ellos/nosotros, brindando legitimidad a los procesos de discusión (Mouffe, 2007). Esta conjugación aporta a revisar las construcciones de órdenes sociales que se encuentran a la base de las acciones individuales y colectivas, enfatizando las nociones de gobierno y democracia que van acuñado como propias. Si bien exis- ten diversas apuestas teóricas en torno a estas nociones, resulta interesa revisar los aportes de Dahl. El autor indica que El gobierno democrático se caracteriza fundamentalmente por su continua ap- titud para responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferen- cias políticas entre ellos (…) el término “democracia” para designar el sistema político entre cuyas características se cuenta su disposición a satisfacer entera o casi enteramente a todos. (Dahl, 1989: 13) Pensar lo político, en verdad, ayuda a cachar que es mucho más lo que quere- mos… yo cacho que por eso nos queda chico la política, ¿ cachái ?… yo no creo que sigamos por ese camino… no es un afán de hacerse poderoso, de gobernar, de ser así como los reyes (risa)… fuera de talla, yo veo eso en la política, en los políticos… veo esa hueá , un ego, un afán de ser más… nosotros queremos otra hueá , queremos ser parte de algo más grande, trabajar por esto, pero desde otro lao’ , desde lo que nosotros discutimos, y eso es heavy. (E., 28) Y es en este sentido que podríamos decir que lo político es constitutivo de la intervención social, se da en el espacio de la política que, siguiendo a Rinesi (2011), se define exactamente en esa tensión, en ese punto de cruce entre las institu- ciones formales y las prácticas sociales (entre —si quisiéramos ponerlo en los términos de una contraposición clásica sobre la que volveremos— las “institu- ciones políticas” y las “acciones políticas”), entre los poderes constituidos de los Estados y el “poder constituyente” de la multitud, entre las “instituciones” y los “acontecimientos”, entre la autoridad y la novedad. (Rinesi, 2011: 19-20) Las actorías sociales juveniles generan aportes que tensionan las nociones de gobierno y democracia, puesto que se movilizan entre ideas que ponen al centro
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