Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Lo político en disputa. – 43 2. Ethos de lo político Las tensiones en torno a conceptos de política y lo político, si bien son cons- trucciones históricas, aparecen en un sitio particular que se constituye desde un prisma neoliberal, que se ha conformado como ethos social. Lo anterior implica asumir como desafío el reconocer y deconstruir las influencias que las raciona- lidades hegemónicas han definido como caminos estándares que se deben reco- rrer. Es por ello que despliego como eje constitutivo el asumir las lógicas neoli- berales que se han implantado en las formas de concebir las formas de convivir, encontrarse e impulsar transformaciones particulares. Estos desafíos se comprenden al reconocer que el sistema neoliberal se ha instalado como una matriz capaz de ordenar diferentes lógicas. Para ello, es im- portante comprender que “el neoliberalismo es un fenómeno distinto al libe- ralismo clásico. Nació después de la segunda Guerra Mundial como reacción teórica y política al Estado Social” (Campana, 2016: 16). En este contexto, el régimen capitalista se centra en satisfacer necesidades, postergando la construcción y defensa de acceso a desarrollos integrales para to- das y todos los integrantes de la sociedad. Castel (2010) indica que la elección estuvo presente (por parte de los sistemas de gobierno), y al inclinarse por ga- rantizar lo mínimo, se abre paso a un cambio profundo que trasciende la esfera económica. En la década del 70, América Latina se considera una de las regiones en don- de se impulsó la instalación del sistema, siendo Chile el país en que se materializa el “experimento neoliberal”, que fue acompañado de una dictadura militar que posibilitó (aún más) su concreción (Klein, 2011). Este “nuevo” contexto debió asumir el abordaje de las demandas sociales desde un prisma asistencial devenido de las políticas sociales, emanada de los Estados y de los requerimientos científi- cos para abordar los “problemas sociales” que se sitúan en nuevos códigos. Este contexto ha favorecido la emergencia de políticas y prácticas asisten- ciales, alejadas de la construcción o coconstrucción con los actores sociales. Lo asistencial socializado corresponde a un modo de hacer de la acción pública contemporánea, que se caracteriza por ser altamente sistemático, burocratizado, racional, pero a su vez personalizado, próximo, directo. Es una manera de rees- tablecer la sociabilidad primaria, las confianzas, los afectos, la reciprocidad, pero a través de la institucionalización de mecanismos compensatorios y condiciona- dos que delegan la responsabilidad de lo social a los propios sujetos en los marcos determinados por la organización política que se ha definido (Muñoz, 2017). La consolidación de un sistema con estas características ha tensionado la ela-
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