Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

42 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 mir como desafío lo que indica Houtart: “El nuevo sujeto histórico a construir será popular y plural, es decir, constituido por una multiplicidad de actores y no por la “multitud” de la cual hablan Michael Hardt y Antonio Negri (2002), concepto este tan vago como peligroso por sus consecuencias desmovilizadoras” (Houtart, 2006: 5). Los elementos mencionados se conjugan para dar cabida a procesos de cons- trucción y reconocimiento en torno a las actorías sociales que se despliegan des- de estos prismas. Las juventudes son construcciones de estas elaboraciones, son parte de los tejidos sociales como sujetos constituidos en el aquí y ahora. No son déficit, no son virtud, son construcciones contemporáneas que asumen las tensiones de estos contextos modernos. El contexto sociopolítico de Chile se ha visto configurado (y reconfigurado) desde las posibilidades de reconocimiento de las agrupaciones y los movimien- tos que han sido impulsados por las y los jóvenes. Muchos de estos se han visto desarrollados desde las posibilidades que brinda la actoría social colectiva; agru- parse y diseñar estrategias de movilización han sido parte de los escenarios de los últimos años. Estamos frente a configuraciones que dan cuenta de nuevas formas de organización y agrupación, elementos que pueden asociarse a movimientos sociales. (…) el surgimiento de un movimiento social implica una insuficiencia en las identidades colectivas que existen e interactúan en una sociedad en unas coor- denadas espaciotemporales determinadas. Si esta hipótesis como suponemos es cierta, la acción de un movimiento social se convierte en un signo: el hecho mismo de su existencia es el principal mensaje que el movimiento ofrece a la sociedad. Indica que existe un problema que concierne a todos y en torno al cual se ejercitan nuevas formas de poder, se ensayan nuevas formas de acción y se pue- den configurar identidades colectivas distintas a las existentes. (Revilla, 1994: 9) Así como se reconoce que la noción de juventudes desde los prismas de la diferencia y heterogeneidad, en donde las características biológicas y psicológi- cas son mediadas por los elementos de los contextos sociohistóricos, también lo son desde lo político y su relación con lo social. Surge en esta intersección la posibilidad de observar las agrupaciones y movimientos sociales que incor- poran a estos actores como protagonistas de los contextos actuales (Aguilera y Muñoz, 2015).

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