Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Lo político en disputa. – 41 Dentro de este grupo de significaciones podemos reconocer dos líneas (clásicas) que se contraponen y que a la vez coexisten. Por una parte, están las miradas que se enfocan en el déficit y otras que los posesionan como salvadores de la situación actual (Duarte, 2015). Ambos polos son imágenes de “una” juventud construida desde las miradas fijas, elaboradas por otros actores que no incorporan la mirada de las y los involucrados: jóvenes. Si bien son posiciones que se ubican en polos distintos, presentan un ele- mento común que es de interés para esta reflexión: se construyen alejadas de la noción de poder. Aquí hago referencia a una mirada contemporánea, ya que recurro a los aportes que brindan las reflexiones abordadas desde Foucault, las cuales apuestan a terminar con la desvalorización y/o invisibilización de los suje- tos. El concepto “poder” ayuda a construir juventudes desde un prisma de reco- nocimiento en tiempo presente. Las y los jóvenes, como actores sociales, aún se encuentran en una tensión constante en cuanto a su construcción y reconocimiento en los tejidos sociales. Acarrean una herencia que los ha relacionado con escenarios que no han sido parte de sus sentidos y significaciones, sino más bien, entregados por otros. En esta variedad de reconocimientos se construye una perspectiva que me interesa desarrollar: emerge desde ejes analíticos que conjugan construcciones sociales y culturales, en donde la historización es un eje fundante para rescatar las experiencias de las trayectorias. Estos elementos se sitúan en un tiempo/espa- cio particular, que aporta a elaboraciones de sujetos sociales de manera situada. Junto a ello, la apuesta que orienta este trabajo asume el desafío de lo plural y lo diverso, por ende, se hace cargo de la idea de juventudes, intentando desafiar la homologación que se ha realizado históricamente. Este tipo de prisma requiere en su génesis un trabajo constante de historización y construcción contextual, las cuales movilicen, a su vez, las opciones de carácter contemporáneo en torno a dichas juventudes. Para ello, es interesante revisar los desafíos y acciones que aportan (ambas nociones) a los giros requeridos. Hay que dejar atrás las etiquetas y estigmas, ya que brindan una mirada parcial que limita las comprensiones requeridas en los contextos actuales. Se debe abrir paso a construc- ciones integrales que asuman en su constitución la idea de movimiento y relación constante entre los elementos que constituyen las categorías de juventudes. Es así como se configura un desafío en cuanto a aprender y reconocer las ju- ventudes desde ópticas integrales, en las cuales se hacen patentes las capacidades, habilidades, significados y potencialidades que permiten reconocer la diversidad y pluralidad en los tejidos sociales. Son actores sociales capaces de configurar y transformar sus contextos micro como macro. De esta manera, se podrá asu-

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