Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

34 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 Muñoz se propone comprender cómo los propios sujetos(as) vinculados a determinados procesos históricos se autoperciben como generación mediante la construcción de semejanzas y diferenciaciones subjetivas de lo generacional. En ese sentido, se distancia de aquellas perspectivas que, según señala, intentan construir “imágenes totalizadoras” como grupos finitos con límites objetivos y absolutos (Muñoz, 2012). De esta manera, su comprensión sobre generaciones está vinculada a “condiciones e identidades”, por lo cual el recambio de estas da cuenta de mutaciones tanto de las subjetividades como de los entornos sociales, proceso múltiple, tan diverso como la sociedad y las juventudes y generaciones que en ella coexisten. Esta noción de generación se refiere a una construcción po- lítico identitaria, vinculada con sensibilidades, discursos, perspectivas y memo- rias históricas de quienes transitan existencialmente, pensándose a sí mismos/ mismas en la historia colectiva, vale decir, una noción más cultural subjetiva de lo generacional. De esta manera se avanza desde una noción de lo generacional, centrada en juventudes, hacia una propuesta de lo generacional, centrada en lo relacional so- cial, perspectiva desde la que me posiciono para elaborar proposiciones del orden político que permitan enfrentar el nudo problematizador con que abrimos esta reflexión: las trastrocaciones de las racionalidades occidentales que configuran modos de relación que reproducen dominio y naturalizan su existencia y las posi- bilidades de producir alternativas desde los mundos juveniles, dichas alternativas se sostienen en la perspectiva generacional de observación-acción en lo social. En esta búsqueda de una perspectiva generacional que otorgue claves para contribuir en la transformación de lo social, asumo lo generacional como modo de relación entre generaciones (lo intergeneracional), así como en ellas mismas (lo intrageneracional). Desde ahí planteo criterios orientadores para la defini- ción de estrategias de acción. Un primer criterio remite a la necesaria aceptación generacional ; los diversos se atreven a reconocer sus diferencias sin hacer de ello desigualdad, más bien orientándose a la valoración positiva de las características identitarias propias y de otros(as) como una fortaleza de la infinitud humana. Un paso fundamental lo constituye el conocimiento intenso de esos otros u otras, de reconocerse a sí misma/mismo como diferente, quitándose los lentes adultocéntricos que condi- cionan las miradas estigmatizadoras y valorándose mutuamente como sujetos/ as capaces y con posibilidades de contribuir en relaciones humanas dignas. Para el caso de las y los jóvenes, que se les reconozca como sujetos/as en tiempo pre- sente, con capacidad de contribuir a construir comunidad, resulta clave en este criterio de aceptación generacional.

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