Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Posibilidades de la sistematización de experiencias como estrategia para repensar el trabajo – 349 ras al aprendizaje y a la posibilidad de pensar escenarios o formas de hacer dife- rentes a los que han hecho por largo tiempo. En resumen, “se terminan llevando adelante distintos procesos de trabajo, en donde cada miembro va incorporando variantes, de acuerdo a cómo subjetiva o asimila aquello que se va desarrollando” (Díaz y Monsalves, 2016: 6). Frente a lo anterior, la sistematización permitió generar cambios a las diná- micas del equipo, reconociendo que esta estrategia “fomenta la creación y forta- lecimiento de grupos y organizaciones críticas y autónomas, con capacidad de acción” (Torres, 2015: 15). En palabras de miembros del equipo: Antes con cero recursos todos decíamos esto se tiene que hacer así o así, pero no teníamos razones conversadas (…) las reflexiones [del proceso de sistemati- zación] hizo que ordenara la cuestión y aprendiera de los demás, de las ideas que tenían, ordenadamente compartimos lo que queríamos lo que pensábamos que había que hacer. (Mujer, psicopedagoga) Esa construcción de un sujeto colectivo, que fuera capaz de reflexionar y contrastar posiciones en espacios de elaboración y creación, es uno de los ele- mentos por destacar previo a la capacidad que desarrollan de visualizar estrate- gias alternativas al trabajo que llevaban haciendo en el Centro. En ese sentido, en el relato de las y los trabajadores, se presenta una institución carcelaria cerrada y rígida, con dinámicas y una forma de organización sostenida durante años, rasgos que parecen inamovibles a las transformaciones impulsadas por los tra- bajadores y organizaciones críticas al estado actual de las cárceles de jóvenes. Esa incapacidad de transformación frente a una institución tan hegemónica genera en ellas y ellos frustración, pérdida de energía y sentido al quehacer dentro de la cárcel, sumado a una repetición mecánica de prácticas y proyectos en los cuales no se sienten comprometidos. Esta realidad aparece contenida en la idea del límite, como aquellas “mu- rallas o techos” que ponen los mismos trabajadores a su quehacer, sumado a las tensiones con aquellas estructuras que son reacias al cambio. Los límites que se identifican son distintos desde las visiones particulares de las y los trabajadores y aquellos que son consensuados por el equipo. En esas diferentes percepciones se reconoce el potencial de la sistematización como posibilidad de generar diagnós- ticos comunes para visualizar y trabajar por alternativas, que son más factibles de implementar de manera colectiva, en contraste a acciones individuales. Nosotros empezamos a ver el límite como oportunidad, si un colectivo ve y de-
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