Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
332 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 Finalmente, la experiencia del cip se concibe como un tiempo muerto, don- de los jóvenes se encuentran invalidados como sujetos y su vida ya no depende de ellos, sino que “está como en juego la vida de uno en el fiscal”. De esta manera, las únicas respuestas posibles para estar en el cip son: aguantar y obedecer para al salir, poder olvidar. 5. La experiencia educativa de los jóvenes: sin jóvenes y contra el aprendizaje Cuando se les pregunta a los jóvenes respecto a los lugares educativos, la mayo- ría reconoce únicamente a la escuela como lugar de aprendizaje. Aun cuando la experiencia que tienen en el ámbito educativo —escuela— es considerada negativa o insignificante. A la gran mayoría los han expulsado de más de una escuela y muchos también la han dejado. A este respecto, el estudio que realizó el asr cip San Joaquín (2017) señala que “del total de jóvenes atendidos du- rante el periodo 2016-2017 (318 jóvenes), solo el 12% de ellos venía cursando sus estudios en el sistema regular de educación. Un 32% lo venía haciendo en el sistema de educación de adultos. 20% en contextos de encierro y un 12% en otras modalidades” (p. 1). Asimismo, dan cuenta de que más del 68% de los jóvenes atendidos tienen un rezago escolar de dos o más años (asr cip San Joaquín, 2017). Al preguntarles las razones de haber dejado la escuela, señalan cuestiones como “no nos quieren ahí”, “no se aprende nada”, o bien, “porque se aprende lo mismo que podemos aprender en la calle”, refiriéndose a que la escuela no les ha sido útil para adquirir conocimientos importantes para su vida, entendido esto como su subsistencia y la de su familia. De esta manera, la escuela, y por tanto el aprender, que aparecen como una misma cuestión en sus discursos, es vista como un medio para trabajar y obtener dinero de forma legítima. Sin embargo, ese camino resulta poco eficiente y muy lento para poder suplir las necesidades que los aquejan a ellos y sus familias. Por lo tanto, el aprendizaje es visto como la forma en que la escuela les enseña a obte- ner recursos económicos a un ritmo que no pueden esperar. Al respecto, señalan: “Ese sueldo que gana usté , yo me lo hacía en un día en la calle”. En un contexto donde lo valorado es la obediencia, y el encierro y abuso son merecidos por el daño causado; estudiar y asistir a clases es visto como un castigo más, y un elemento más de la rutina del Centro, mas no como un dere- cho otorgado por ser algo que les aporte en sus vidas, porque, como señalamos
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