Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

30 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 base de esta condición adultocéntrica que niega la diversidad como posibilidad. Para este adultocentrismo, la trastrocación de la diferencia en desigualdad es condición básica de su reproducción, niñez y juventudes son concebidas como momentos de la vida, marcados por carencia, por la incompletitud e inmadurez en los considerados menores. De igual manera, en el plano de las relaciones de aceptación y respeto, los mundos adultos de carácter adultocéntrico instalan, desde posiciones de orden y dominio, lógicas asimétricas que les otorgan todas las posibilidades de decidir e imponerse a las personas consideradas menores. De igual manera, se ha de considerar que este adultocentrismo: […] como sensibilidad dominante y violenta, es internalizada como subjetividad y opera como una suerte de identificación inercial en quienes observamos como víctimas de este imaginario: niñas, niños y jóvenes. Estos/as llevan el adultocen- trismo dentro de sí, lo reproducen tanto en sus relaciones con las personas ma- yores en edad, como con quienes son considerados menores que ellos. (Duarte, 2012b: 120) Por ello encontramos que muchas veces estos sujetos son portadores y repro- ductores de esta sensibilidad que cuestionamos. Esta situación exige priorizar, de manera estratégica, por procesos de sensibilización y socialización de niños, niñas y jóvenes, en torno a nuevas formas de relación, en las cuales, desde la po- sición impuesta de subordinación por condición de minoridad, se produzcan alternativas a la asimetría adultocéntrica. A partir de las ideas presentadas, es posible proponer algunas nociones que, en contextos de sociedad adultocéntrica, tensionan el planteamiento de posibles alternativas humanizadoras: i. Las relaciones entre grupos de edad han sido, tendencialmente, un tipo de relaciones de tensión y conflictos, en el cual el dato etario ha sido significado como constitutivo de relaciones de dominio de mayores con respecto a menores. Se espera que niños, niñas y jóvenes acepten esta desigualdad esencial y la toleren como modo de relación con las y los adultos(as), asumiendo la obediencia como forma principal de relación. Disputar nociones políticas que apunten a la valoración de la diferencia como diversidad y a la aceptación y al respeto como modos de relación constituyen aperturas para nuevas relaciones en sociedad. ii. Esas tensiones y conflictos han sido resueltos desde los mundos adultos, por medio del empleo de fuerza física, cuerpos legales, normativas, po-

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