Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Caminos de vida y aprendizajes posibles en privación de libertad. – 325 forma y no de otra (Garazi, 2016). De esta manera, la experiencia nunca va a ser nuestro origen, sino más bien responde a aquello que queremos explicar y, como tal, se encuentra siempre en disputa (Scott, 2001). De esta manera, Scott (2001) señala la necesidad de historizar tanto la experiencia como las identidades que produce, la cual nunca es únicamente individual sino también colectiva, ya que el lugar donde se representa la historia es el lenguaje que imbrica ambas dimen- siones. Complementando esta visión, Jay (2009) indica que la experiencia, aun cuando pueda ser entendida como una posesión personal, se desarrolla y cons- truye —y construyen ellos como sujetos— en un encuentro con la otredad, por lo que la dimensión social de la experiencia se vuelve fundamental. Entender el carácter político y no transparente que tiene la experiencia cobra especial importancia cuando se está hablando desde la historia de la diferencia, es decir, la historia de quienes se encuentran fuera de lo considerado normal por la sociedad (Scott, 2001). Desde las ciencias sociales, Dubet (2011) plantea una sociología que parta de la experiencia y no de teorías preconcebidas para estudiar la realidad. Para Dubet (2011), la experiencia no es un objeto positivo que se observa y se mide desde afuera como una prácti- ca, como un sistema de actitudes y de opiniones, porque es un trabajo del actor que define una situación, elabora jerarquías de selección, construye imágenes de sí mismo. Es a la vez un trabajo normativo y cognitivo que supone un distan- ciamiento de sí, una capacidad crítica y un esfuerzo de subjetivación. (Dubet, 2011: 15) De esta manera, la experiencia consiste en que los sujetos utilizan ciertas cuestiones dadas por el sistema, denominadas lógicas de acción —concebidas como tipos puros de acción—, las cuales combina para construir su propia expe- riencia. Estas lógicas de acción son tres: la primera es la integración social, que refiere a la internalización por parte de los sujetos de modelos culturales, normas e identidades. Esto implica definirnos en relación con lo que otros nos atribuyen e incorporamos como propio, ya que lo que se busca es el reconocimiento y la integración en la sociedad. La segunda lógica de acción es la estrategia, que refie- re a que las acciones de los sujetos están mediadas por una acción racional con respecto a medios, es decir, la sociedad es un conjunto de recursos movibles y la acción se define en términos de oportunidades y errores. Por último, la tercera lógica refiere a la subjetivación, la acción se define en torno a sus deseos y la so- ciedad se opone a dicha realización.
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