Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
Trastrocaciones adultocéntricas y criterios políticos para la igualdad generacional – 29 la injusticia social 3 . Con respecto a las primeras, la clave política apunta al reco- nocimiento de su valor, al respeto y a la producción de relaciones de conviven- cia democrática entre diversos/as. En relación con las segundas, la clave política sigue siendo la lucha por la justicia social y la transformación de las estructuras de dominio material (Duarte, 2012a). Ambas luchas se hacen parte de un todo articulado. En el contexto contemporáneo, el respeto para estas relaciones igualitarias implica otro modo de relación social, una posibilidad de alternativa que se sos- tiene sobre la voluntad política de establecer dinámicas de encuentro y potencia- miento entre sujetos. Desde esta mirada, surge la exigencia de asumir al otro y la otra como fuentes de cambio en mi propia existencia, constituyendo modos de relaciones en que la solidaridad y la colaboración se vuelven estrategias básicas de acción política. Esta acción política mancomunada podría otorgar las condiciones de posi- bilidad para el despliegue de aprendizajes, que permitan una resocialización de lo aprendido en torno a los modos de relación con los portadores de diferencia que incida en la construcción de diversidad. 4. Adultocentrismo como condición reproductora de la desigualdad Agudizando el foco de esta observación en las poblaciones jóvenes y en la cons- trucción de lo juvenil, es necesario considerar la condición adultocéntrica que caracteriza de manera sistémica a nuestra sociedad y cultura. La hipótesis que planteo es que esta condición se nutre y fortalece en la medida en que se reprodu- ce el tratamiento de la diferencia como desigualdad y se trastroca la aceptación y respeto como tolerancia. Ambas inversiones de sentido las encontramos a la 3 Los modos de leer estas diferencias pertenecen al ámbito de las producciones socioculturales, en las que emergen un conjunto de parámetros políticos, ideológicos y de múltiples orígenes que inciden en cómo se asumen dichas condiciones humanas. Una condición a la base de estas y al mismo tiempo transversal a ellas es la de clase social , en la cual el poder de dominio que otorga el acceso ilimitado a bienes ha sido construido como una capacidad política para someter a quienes son marginados a posiciones de precariedad, constituyendo en torno a esas posiciones, grupalidades sociales que actúan de manera conjunta y orientadas por perspectivas sociocultu- rales similares. La distinción relevante radica en que las diferencias de clases, no como las so- cioculturales, son producto de un modo de organización societal que produce acceso y clausura a ciertos bienes para la vida y reproducción, sostenidos sobre la base de la codicia y el egoísmo dirigidos a la propiedad de esos bienes. Por eso las señalo como producciones de la injusticia social, en el acceso y la distribución de la riqueza.
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