Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]
¿Liceo disciplinario?: condicionantes para la participación juvenil estudiantil. – 309 3. Reflexiones finales Abordar la participación juvenil estudiantil desde una perspectiva generacional contribuye a visibilizar que su ejercicio opera en una constante dialéctica entre sujetos de distintas generaciones, por ende, no es posible reducir su comprensión solo hacia jóvenes, sin considerar las tensiones y conflictividades que se produ- cen en las relaciones intra e intergeneracionales. Por tanto, la participación com- prendida desde esta perspectiva invita a escudriñar el componente relacional y contextual que conlleva dicha participación. En ese sentido, se constató que las condicionantes para la participación juve- nil guardan un estrecho vínculo entre los procesos de disciplinamiento y lógicas adultocéntricas, las cuales cristalizan en modos particulares de participación, y de relación intergeneracional. Así, tanto las condicionantes espaciotemporales y la experiencia social visibilizan que la participación juvenil y las dinámicas inter- generacionales se encuentran tensionadas y fragmentadas, pues suelen sostenerse por la conflictividad y por dominio, más que por un encuentro de solidaridad o intercambio de experiencias. Esto provoca que, generalmente, el ejercicio de participación juvenil quede supeditado a los permisos y prohibiciones que esta- blezcan mundos adultos. Amodo de síntesis, señalar que la participación juvenil estudiantil solo tiene cabida en función de su despliegue, por tanto, si existen relaciones de poder asi- métricas, donde las condiciones para su ejercicio se encuentran restringidas, no es posible considerar una participación auténtica y sustantiva. Del mismo modo, existe un reconocimiento de que, dentro del espacio cotidiano del liceo, se ejer- cen un sinnúmero de prácticas de participación que se circunscriben en lógicas de resistencias, por ende, tampoco es posible renunciar hacia un horizonte de transformación. Por tanto, el desafío está en: Creer en el mundo es lo que más nos falta; nosotros perdemos completamente el mundo, nos despojaron de él. Creer en el mundo significa principalmente suscitar acontecimientos, aunque sean pequeños, que escapen al control, o en- gendrar nuevos espacios/tiempos, aun de superficie o volumen reducidos (…) es al nivel de cada intento que se evalúan la capacidad de resistencia o, al contrario, la sumisión a un control. (Deleuze, 1992, en Gallo, 2011: 12) Finalmente, propongo abrir la comprensión en términos de participaciones juveniles, más que participación juvenil. Lo anterior refiere a que, al igual que las juventudes (Duarte, 2001), no se puede pensar un ejercicio de la participa-
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