Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Trastrocaciones adultocéntricas y criterios políticos para la igualdad generacional – 27 […] cualquier actitud irrespetuosa hacia las opiniones o características diferentes de las propias. En el plano de las ideas, por ejemplo, se caracteriza por la per- severancia en la propia opinión, a pesar de las razones que se puedan esgrimir contra ella. Supone, por tanto, cierta dureza y rigidez en el mantenimiento de las propias ideas o características, que se tienen como absolutas e inquebrantables. (Ferrater, 1980: 3267) Esta intolerancia lleva a la discriminación, permite la exclusión de aquellos(as) que piensen, actúen o simplemente sean diferentes. Las identidades en construcción son puestas como la justificación de este ejercicio excluyente: lo étnico, lo generacional, lo sexual, lo ideológico, lo religioso, implican atributos identitarios que constituyen el eje de esta discriminación por intolerancia del otro/a diferente. Quien ejerce acciones de intolerancia considera que ser diferen- tes equivale a no ser iguales. La diferencia trastrocada en desigualdad. Esta trastrocación copa los diversos ámbitos de la vida en sociedad, lo que, en cuestiones como la vulneración de derechos, implica criminalización de ex- presiones sub y contraculturales, exclusión de espacios de decisión política, entre otros modos que refieren a procesos colectivos conocidos en nuestras historias humanas en los cuales la intolerancia ha orientado decisiones deshumanizado- ras —matanzas, invasiones, exterminios—, siendo relevante considerar también sus manifestaciones en espacios de la cotidianidad en que ella guía las relaciones sociales (familia, escuela, barrio, medios de comunicación). Esta intolerancia, comprendida como no respeto por el otro u otra diferente, instala por contradicción, una noción vital para avanzar en la idea de aceptación antes planteada. Emerge el respeto, como orientación de modos de relación so- cial; implica una opción, no inercial, sino que reflexiva por aceptar a ese otro u otra diferente, desde una condición de alteridad, en que la autoobservación también posiciona a cada cual como diferente a los ojos de las y los demás. Res- petar a esa otra u otro que reconocemos como diferentes y otorgarle estatus de sujeto, posibilitaría superar las trastrocaciones analizadas y avanzar en relaciones igualitarias. La etimología de respeto alude en su origen latino a mirar nuevamente , vale decir, observar con detención y en profundidad. Respetar a esa persona diferen- te exige resignificar el reconocimiento que antes discutimos, para darle valor y posicionarle como una necesaria referencia para construir conjuntamente rela- ciones que liberen a quienes se involucran. Respetar la diferencia constitutiva de lo social implica la capacidad humana de intervenir en lo social, que adquirirá sentidos como frutos de esa acción. La

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