Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

¿Cómo enseñar cuando los y las estudiantes no están? – 279 condiciones en particular. Si bien hay muchos aspectos de esta problemática que sería necesario abor- dar con mayor profundidad, un punto que queda claro es la necesidad de apelar al sentido colectivo e individual en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este ámbito, algunas luces nos entregan autoras como Estela Quintar (2008), quien propone la noción de la didáctica no parametral, o también llamada la didáctica del sentido, que pretende provocar el deseo de conocer, de sentir curio- sidad de nuestro presente, cuestionando las múltiples relaciones que interactúan y nos configuran como sujetos en el aquí y en el ahora, en otras palabras, “los modos de estar siendo en el mundo” (Salcedo, 2009). La didáctica no parametral se sustenta en la comprensión de construir conocimiento: (…) en tanto producción histórica de sentidos y significados. Realidad, sujeto y subjetividad, historicidad, dialéctica como articulación y potencialidad con- formaron una estructura conceptual y/o categorial, una matriz epistémica que, como ángulo de mirada, exige repensar desde dónde se enseña y para qué se enseña en los espacios de formación de sujetos: pero no sólo a repensarlo sino también a generar prácticas formativas diferentes (Salcedo, 2009: 121) 4. La participación juvenil como alternativa Otro ámbito dentro de las posibles alternativas para evitar el absentismo escolar, que surge desde mi experiencia práctica, es la participación como una estrategia pedagógica. La participación entendida en dos dimensiones simultáneas, una como herramienta pedagógica y didáctica al interior de la sala de clases, y la otra como mecanismo central que organiza la institución escolar. El concepto de participación ha penetrado diversos discursos educacionales en diferentes niveles, tal como en la elaboración de propuestas para mejorar la convivencia escolar, donde se enfatiza en la participación como una estrategia para lograr tal objetivo. Pero, generalmente, la participación se limita a una con- sulta a la comunidad, donde no todos los actores tienen la misma posibilidad de tomar decisiones. En dichas situaciones, ese modo de comprender la participa- ción reproduce las relaciones jerárquicas dentro de la escuela, donde los mismos sectores de siempre son los que toman las decisiones centrales. La participación se ve restringida a la consulta en procesos ya acordados previamente. Desde esta perspectiva:

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