Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

270 – juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan. volumen 2 figuración de las sociedades adultocéntricas en las cuales vivimos, la escuela está siendo una de las principales instituciones donde dichas relaciones de dominio se consolidan y reproducen. La escuela aporta a la sociedad, entre otros factores, la diferenciación etaria de estudiantes, la especificidad de roles entre jóvenes y adultos, la institucionaliza- ción de características que son impuestas como esencias de la clase de edad: pro- fesores/as (adultos) mandan y los alumnos (niñas, niños y jóvenes) obedecen. (Duarte, 2012: 16) Históricamente, la construcción de sentido de los procesos de enseñanza- aprendizaje no se ha desarrollado de forma colectiva y en diálogo entre gene- raciones. Por el contrario, ha sido el mundo adulto (profesores, paradocentes y directivos) que impone este sentido al mundo juvenil (estudiantes), en muchas ocasiones estando muy apartados de las experiencias y necesidades sociales de es- tos últimos. Al mismo tiempo, se les responsabiliza de forma exclusiva cuando no cumplen lo impuesto, contribuyendo al discurso meritocrático que la escuela ha reforzado en los últimos años, además construyendo una identidad del/la joven desde lo carente, que tiene consecuencias concretas en las prácticas pedagógicas. Al estar ausente el actor principal del proceso de aprendizaje, el ejercicio pe- dagógico pierde uno de sus pilares fundamentales. En este ámbito, Morin (1997) señala varias pistas para hacer una lectura de realidad desde el paradigma de la complejidad, ya que el absentismo no solo hace referencia al último momento, que es cuando el o la estudiante ya no asiste al liceo, sino que se requiere un análisis como proceso. El paradigma de la complejidad parte de la premisa de la incertidumbre originada en una serie de múltiples relaciones que están en co- municación, que organiza, pero al mismo tiempo desordena dichas relaciones. A esto el autor se refiere como la recursividad organizacional: en el cual los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que los produce (…) La idea recursiva es, entonces, una idea que rom- pe con la idea lineal de causa/efecto, porque todo lo que es producido reentra sobre aquello que lo ha producido en un ciclo en sí mismo. (Morin, 1997: 107) Otro de los principios que destaca Morin es el hologramático, que reconoce la interdependencia entre el todo y sus partes, así, “no se puede concebir al todo sin concebir a las partes y no se puede concebir a las partes sin concebir al todo” (Morin, 1997: 107).

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