Juventudes en Chile: miradas de jóvenes que investigan [volumen 2]

Algunos materiales para observar relaciones generacionales en el Chile neoliberal – 263 la carta”, y la reorientación “posmoralista”; no tanto narcisismo en las relaciones como la necesidad de dar “lo mejor”, material y simbólicamente, para los y las descendientes. En este sentido, el control social y la delimitación de las correc- tas conductas paternales/maternales se realizan en el estrato de las generaciones adultas, los vínculos intergeneracionales de los padres y madres. Es entre ellos y ellas, relaciones intrageneracionales adultas, el lugar y el espacio donde se debe demostrar la capacidad de la familiar, no tanto por guiar una ruta ya trazada para su pupilo/a, sino por cartografiar las rutas más precisas para sus menores; es decir, será en el orden de la mayoridad y sus vínculos en que se normaliza lo “buenos” padres y madres que son en virtud del bienestar no solo financiero- económico, también la dimensión afectiva del heredero/a. No es la presencia arbitraria de un agente embestido de autoridad disciplinar o la agencia de una prescripción moral dedicada a definir conductas específicas hacia los y las jóve- nes. En este sentido, asumo que las expectativas adultas son reales, pero insertas delicadamente en la vida cotidiana familiar, y por lo mismo, no es un llamado manifiesto, en sentido de una idea determinada y establecida. Por ende, la autonomía individual, hilo conductor de las subjetivaciones y condiciones juveniles de este estrato, se deslinda con más nitidez; no tanto con- trol hacia los y las descendientes, sino que mejores disposiciones para desplegar sus potencialidades. En contrapartida, si bien el relato es compartido, hay vín- culos intergeneracionales que presentan mayor tensión en torno a la autonomía; ella se hace presente en forma de “presión y examen” hacia los y las “menores”. En este sentido, considero que las familias patriarcales modernas ( Jelin, 2010) se caracterizan por estar estriadas por mayores disputas en la medida de existencia y exigencia de mayor control intergeneracional; en ese sentido, la preocupación y angustia por la reproducción familiar del éxito-felicidad conllevan mayor pre- sión para los y las jóvenes en su paso por la escuela privada, mayor grado de con- trol a la hora de elegir qué estudiar, qué puntaje obtener u otras. Tanto en la correspondencia de las aspiraciones y expectativas como en la condición juvenil que se narra desde estos grupos de jóvenes, observo la presen- cia de una matriz adultocéntrica (Duarte, 2016) que recorre el vínculo intergene- racional, es decir, la asimilación de una norma, mandato o hábito que se impone desde una mayoridad en forma de poder de persuadir , incitar o embelesar por el hecho de poseer una edad socialmente valorada/legitimada; será pues la minori- dad relacional el receptáculo de estas maniobras o tácticas. La descripción de relaciones entre generaciones presentadas hasta aquí po- sibilita, en el orden del cuerpo-sociedad, una reproducción social sin contra- tiempos o resistencias por parte de esta minoridad (juventudes escolarizadas),

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